playas

¿Cual es la playa más salvaje de Vigo?

playa
photo_camera La playa de Muíños de Fortiñón, en la parroquia de Saiáns.
El arenal de Saiáns, en el que se permite practicar nudismo, acerca a sus usuarios a un paisaje natural y poco masificado

La parroquía de Saiáns acoge a una de las playas más naturales y salvajes de la ciudad. Se trata de Muíños de Fortiñón, el escondido arenal en el que se permite practicar nudismo y que ondea Bandera Azul desde hace más de ocho años.  

La playa se sitúa entre Playa Noiva y Punta de Priegue, cerca del municipio de Nigrán. A pesar de localizarse en una zona semiurbana, la cala se caracteriza por ofrecer un acercamiento con la naturaleza de la Ría de Vigo, un paisaje de mar abierto con las Islas Cíes de fondo. Sin destruir el entorno tranquilo, Fortiñón cuenta con todos los servicios que facilitan la estancia en la playa a todos los que se acercan hasta ella. 

El puesto de Cruz Roja y de socorrismo, abierto desde junio, garantiza la seguridad de los usuarios ya que se trata de una de las playas más peligrosas de Vigo. El oleaje, las fuertes corrientes que se forman y las numerosas rocas, son los elementos que elevan el riesgo en este pequeño arenal. "El mar hace remolinos y, sin darte cuenta, te arrastra hasta lejos de la orilla", asegura Almudena. 

Además, la escondida cala de Saiáns cuenta con baños públicos y duchas, así como con múltiples papeleras que permiten mantener la zona en buen estado. 

Un bar a pie de playa, Bar Playa Fortiñón, cede a lo usuarios la posibilidad de disfrutar de las vistas a la Ría sin necesidad de acudir a la arena. La cafetería, con terraza, dispone también de carta de bocadillos, entre otras comidas, lo que supone una alternativa para muchos de los que deciden pasar el día en el arenal. 

Durante la bajada a pie a la playa, se encuentra un restaurante, Curbeira, y la pastelería Kami, dos locales frecuentados por los vecinos de la zona durante todo el año.

La playa, cobijada por numerosos chalés con privilegiadas vistas, está resguardada del viento, uno de los muchos motivos por los que la gente llega hasta ella. “Siempre que hace viento en otros lugares, en esta playa se está bien”, asegura Juana, usuaria de la playa. 

Hasta Fortiñón se desplazan vecinos de Nigrán quienes reconocen que llevan viniendo desde que son pequeños. "Es mi playa de referencia porque venía con mis padres en verano", comenta Juana. Sin embargo, la playa también acoge a turistas que deciden desviarse del Camino Portugués. Es el caso de Mónica y Francésc: "Venimos desde Barcelona. Estábamos buscando alguna playa escondida y nos hemos encontrado con esta preciosa cala", asegura la pareja.

Muíños de Fortiñón, de apenas 120 metros de largo, prescinde de parques infatiles o de deportes con tal de preservar algunos de sus rasgos más característicos como lo son su tranquilidad y su paisaje salvaje. De esta forma, se consolida como la playa de referencia para todo aquel que quiera alejarse del bullicio de los arenales más masificados de la ciudad.  
La playa de Saiáns cuenta con pocas plazas de aparcamiento, quizás este es el motivo por el que el arenal mantiene su virginidad. No obstante, la cala ofrece plazas para personas con movilidad reducida y ambulancia. Además, un aparcamiento de pago, 2 euros de lunes a viernes y 3 euros los fines de semana, facilita el acceso a los usuarios. Hasta el arenal de Saiáns también se puede llegar a través de la línea L10 del autobús urbano, que para en la Avenida Ricardo Mella. 

El nombre de la playa hace referencia dos molinos harineros que existieron en la zona hace varios años. Según cuentan los vecinos, ambos se encontraban en el pequeño arroyo, conocido como Rego do Charco, que desemboca en este arenal de Saiáns. 

Te puede interesar