José Mourinho, hombre de contrastes. Amado y odiado a partes iguales por su particular carácter y más que polémicas decisiones y declaraciones, ayer volvió a mostrar su cara más amable, cuando al terminar el encuentro que disputó su equipo, el Tottenham, contra el Burnley, al que endosaron una goleada (5-0), se fue directo hacia su jugador, Heung-Min Son, para pedirle el balón que el surcoreano ya se había guardado bajo la camiseta.
Mourinho le quitó el balón a Heung-Min Son para dárselo al joven Troy Parrot que debutó a sus 17 años en la Premier League. Enorme gesto del portugués.
— JM 🇵🇹 (@DonJoseMourinh0) December 7, 2019
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Entre risas, el jugador asiático se lo entregó para que Mourinho pudiese dárselo al joven jugador irlandés Troy Parrott, que debutó en la Premier League en ese encuentro. Todo un detalle para un entrenador tan mediatizado que en ocasiones parece perder el punto de hombre real.