Dieta mediterránea: un tesoro que debemos preservar

Un nuevo estudio ha reafirmado los efectos positivos para la salud de la Dieta Mediterránea.

Publicado en la prestigiosa revista ‘The Lancet’, el estudio CordioPrev desarrollado por investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), el Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba, pone de relieve la importancia de seguir este modelo de alimentación a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares.

A su vez, esta investigación ha corroborado que una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen ayuda a prevenir el desarrollo de nuevos episodios en pacientes que ya han padecido un infarto agudo de miocardio o una angina de pecho. 

El estudio representa todo un hito

Se trata del único ensayo que prueba los efectos beneficiosos de la Dieta Mediterránea en la salud de pacientes con enfermedad cardiovascular establecida, en comparación con otra dieta cardiosaludable, como lo es la dieta baja en grasa.

Pero además, este estudio llega en un momento clave en el que tanto España, como el resto de los países de la Unión Europea, se enfrentan a desafíos en materia de salud pública debido, no solo a la reciente pandemia del Covid-19, sino también por la otra pandemia: la de la obesidad. Según cifras recientes, en España, 8,4 millones de adultos y 1,5 millones de niños son obesos. Asimismo, se prevé que para 2030, esta enfermedad afecte al 30% de la población adulta. 

En un contexto desafiante como el actual en el que se requieren políticas públicas para promocionar cambios en el estilo de vida y en los hábitos alimenticios, el estudio mencionado cobra especial relevancia. Frente a tanta información contradictoria y dietas que no cuentan con sustento científico, este estudio aporta claridad científica al reafirmar la importancia de la Dieta Mediterránea rica en aceite de oliva, como un modelo de alimentación saludable. Aunque en verdad, la Dieta Mediterránea es mucho más que eso. 

Este modelo variado, equilibrado y saludable, reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, es mucho más que una dieta. Se trata de un conjunto de conocimientos, tradiciones y símbolos, relacionadas con la forma de conservar, cocinar y consumir los alimentos.

Es también, una herencia que ha marcado la identidad de nuestro país y su cultura gastronómica. Por ello, debemos insistir en proteger este tesoro y en repudiar cualquier tipo de políticas que pongan en jaque la promoción de este patrón. 

Ya lo ha dicho el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas: “nada que dañe a la dieta mediterránea puede ser aprobado por el Gobierno”. Sin embargo, al mismo tiempo que Planas defiende y destaca los ya probados beneficios de la Dieta Mediterránea, su par, el titular del ministerio de Consumo, Alberto Garzón, promociona la adopción de un sistema de etiquetado nutricional que penaliza a los productos tradicionales mediterráneos. En especial al aceite de oliva, el oro líquido y estrella de la fórmula que enriquece la Dieta Mediterránea. 

La problemática del etiquetado nutricional

El etiquetado nutricional en la parte frontal del envase es una de las iniciativas que forman parte de la estrategia “De la granja a la mesa”. El objetivo de este proyecto es garantizar información a los consumidores para ayudarlos a tomar decisiones alimentarias más saludables. Para ello, la Comisión tiene previsto seleccionar durante el cuarto trimestre de 2022, un modelo de etiquetado armonizado a lo largo de la UE.

A pesar de no haber aún una resolución oficial, están en carrera tanto el modelo italiano, el Nutrinform Battery que ha sido desarrollado por tres Ministerios italianos con la colaboración científica del Instituto Superior de Salud y el Consejo de Investigación en Agricultura y Nutrición y que ayuda al consumidor a seguir una alimentación diaria sana, variada y equilibrada basada en los principios de la dieta mediterránea.

El otro modelo en carrera es el semáforo nutricional Nutri-Score desarrollado en Francia. Sus creadores han hecho todo lo posible para lograr que este sea el modelo adoptado a lo largo de la UE. Sin embargo, en el último tiempo, se han ido multiplicando las voces en contra del sistema.

En España, las aguas están divididas. De un lado, se encuentra el ministro de Consumo, Garzón, quien defiende la adopción del modelo francés. Del otro lado, se encuentra el ministro Planas, quien ha dejado bien en claro que no apoyará la adopción de este sistema que perjudica la Dieta Mediterránea.

De hecho, en una entrevista reciente, Planas ha expresado que considera que “España tiene que velar porque la propuesta y el modelo que se decida a nivel de la UE respete plenamente cuál es nuestra visión desde el punto de vista alimentario”. “Creo que NutriScore no responde a ese esquema y por eso me he opuesto públicamente a su adopción con carácter obligatorio en España”, concluyó, dejando en claro su rechazo al sistema francés.

Del lado de Planas también se encuentran los más de 60 investigadores de Universidades, Institutos de Investigación, del CSIC y de centros hospitalarios de toda España, que han firmado el documento científico ‘Las razones científicas de lo inapropiado del Nutri-Score para atender los problemas nutricionales del mundo actual’, en rechazo a la implantación de este semáforo nutricional.

Según los firmantes, entre quienes figuran el profesor Ramón Estruch, Coordinador del Proyecto Predimed;  José López Miranda, Catedrático de la Universidad de Córdoba, la introducción del NutriScore en España “no da respuesta a los graves problemas nutricionales de la sociedad moderna, con decisiones que pueden llegar a poner en peligro la seguridad del consumidor”. 

En los últimos días también se ha sumado a este bando el portavoz adjunto de Vox en el Parlamento de Andalucía, Rodrigo Alonso, quien ha señalado con preocupación que el NutriScore “penaliza la dieta mediterránea” ya que “cataloga los alimentos según sean más o menos saludables, penalizado el jamón ibérico, el aceite o el queso”. 

“Queremos que la Dieta Mediterránea sea una excusa para visitar España”, ha declarado días atrás la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Reyes Maroto. Una gran iniciativa que sin duda, debe estar acompañada de políticas que pongan en valor esta tradición mediterránea y no que la perjudiquen, como lo hace el etiquetado Nutri-Score.

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