De qué se ríen vascos y andaluces

El inusitado éxito de la película "Ocho apellidos vascos" ha provocado una oleada de análisis sobre el fenómeno. Ha impactado en toda España, pero singularmente en el País Vasco y Andalucía, cuyos tópicos son los que hacen reír.

Mucha gente en Euskadi sabía de los tópicos andaluces como el flamenco, la gomina, el amor por el Betis y el gracejo con las mujeres, pero con "Ocho apellidos vascos", de Emilio Martínez-Lázaro, han aprendido a reírse de los suyos, que son tanto o más típicos que los del sur. La película sigue arrasando en las salas de cine y está mostrando en la gran pantalla que los estereotipos de la "kale borroka", del acento exagerado al hablar, del culto por el buen comer, del eterno mal tiempo y que ligar en Euskadi "es un milagro", provocan carcajadas desmedidas con este humor trivial. Hasta ahora, la cinta la han visto casi 3,7 millones de espectadores y ha acumulado una venta de entradas por valor de 19,8 millones de euros, un éxito sin precedentes que augura un futuro prometedor para la segunda parte de la historia.

Los cines vascos acumulan colas de espectadores de todas las edades que quieren ver la historia de amor entre un andaluz y una vasca contada por Emilio Martínez-Lázaro porque, y como en pocas ocasiones anteriores, está funcionando mucho el boca a boca.

Javier, un funcionario de Vitoria, de mediana edad, lleva días buscando el momento de ver la película porque su hermana se la recomendó: "Te partes de risa", le dijo. Hay coincidencia en que hay mucho tópico típico, mucho chiste, a veces, demasiado fácil, pero también en que, aunque no sea una obra llamada a conseguir un Oscar, acaba siendo "resultona".

Cristina, de 16 años, no oculta su satisfacción al salir de la película en Vitoria: "Jo, salgo orgullosa de ser vasca", exclama. "Me ha gustado cómo se muestra el carácter de los vascos..., aunque eso de presentarnos a las chicas como estrechas, pues....", matiza.

Anne y Xabi, una pareja de vitorianos treintañeros, también salen satisfechos. "Está llena de tópicos y estereotipos, pero es muy divertida". Ella lo que no entiende es cómo estos estereotipos hacen reír fuera de Euskadi.

A Mari Carmen, una señora de avanzada edad, no le gusta la imagen que se proyecta en la película de los vascos, eso de la "kale borroka y esas cosas", dice.

Josu, un joven estudiante, cree que la película "no deja en buen lugar a los vascos" y piensa que la gente de fuera que la vea no tendrá "ganas de venir a pasar unos días a Euskadi".

En San Sebastián, Nuria dice haber pasado un buen rato con una película "divertida" que ofrece una buena oportunidad de que los vascos se rían "de sí mismos", aunque todos los tópicos de los que se mofa la cinta acentúen "la fama de brutos" de los habitantes de esta tierra, que sin embargo "también saben hacer poesía". En cambio, Aitor se ha divertido pero no ha llegado a reírse a carcajadas como la mayoría de la sala: "Todos los mejores golpes ya los había visto o me los habían contado, así que ya me los sabía". Además, el humor de "Ocho apellidos vascos" le ha resultado familiar, acostumbrado al éxito que tuvo en Euskadi "Vaya semanita", el programa de la televisión vasca que derribó tabúes al reírse de la política y hasta de la violencia de ETA.

A los espectadores bilbaínos también les ha gustado y no se sienten molestos por los "gags" sobre los vascos porque, aunque los ven "exagerados" y no se identifican con los personajes, reconocen que una parte es verdad y que si vas a ver la película es para reírte. "Es más exagerado en lo referente a los vascos, porque con los andaluces se han cortado un poquito, pero no nos ha molestado porque hay que reirse un poco de las cosas", comentaban dos espectadoras.



Y en Andalucía, ¿qué?

En Andalucía, la buena recepción de la película ha demostrado también que los andaluces se ríen de sus tópicos, pese a que históricamente haya podido suponer un lastre para la valoración de su carácter o la consideración de su potencial laboral, cultural y hasta educativo. Además de la región más poblada de España, Andalucía es tan grande como Portugal, es muy diversa en sus provincias. Así, expresiones de Sevilla como "mi alma" -que puede pronunciarse "mi arma"- causan un abierto rechazo en provincias limítrofes como Cádiz, Huelva o Córdoba, de modo que en las provincias orientales ni siquiera se entienden.

El sentido del humor que caracteriza a provincias como Sevilla, Cádiz o Granada no puede ser más distinto entre sí -chistes que se propagan como los virus en una provincia funcionan como pólvora mojada en otra-, no obstante los andaluces demuestran su carácter abierto celebrando con carcajadas aquello que se supone que los caracteriza.

"Ocho apellidos vascos" llevaba recaudados a mediodía del jueves pasado 2,2 millones de euros solo en los cines de la región, un éxito que el crítico de cine Manuel Bellido atribuye a los guionistas del filme y a que el guión "no reproduce los tópicos sino que se burla de ellos". El presidente de Andalucía Film Commission, Carlos Rosado, dice que "los tópicos son siempre cómicos, y la gente sabe distinguir la verdad de la caricatura", además de que "se trata de una comedia, no de una película que pretenda sostener ninguna tesis; está muy bien que se hagan películas como esta, que hagan que la gente vaya al cine y se ría mucho".

Además, Rosado matiza que "Andalucía no es Sevilla", y añade sobre el filme que "todo está en clave humorística, por eso no produce rechazo ninguno; distinto hubiera sido que la película fuera en serio y hubiera pretendido reducir el carácter andaluz y el vasco a esa caricatura".

El sociólogo Manuel Pérez Yruela, exdirector del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía y exportavoz del Gobierno andaluz, señala que "en España se ha vivido siempre con estereotipos" y que el recurrir a estos sirve para "que aflore lo que la gente no se atreve a comentar y libere pequeñas tensiones de la vida cotidiana". En el caso de la película, "el reflejo de los tópicos se recibe con agrado, le quita hierro al asunto y nos hace a todos iguales", ya que, advierte, "en el caso de los estereotipos negativos se entienden como sinónimos de inferioridad" y son causa de rechazo. Muchos tópicos "tienen que ver poco con la realidad, como pasa con la película, que hipertrofia el tópico; y demuestra que los andaluces son capaces de reírse de sí mismos".

Para el humorista Josele la película de Emilio Martínez-Lázaro "ha llegado en un momento de crisis, en el que la gente se ríe con lo que le des, con muy poquito". El humorista, que ha lamentado "las veces que nos han puesto (a los andaluces) de criados, al lado de un burro" en el cine y en otras representaciones, ha señalado que el éxito del filme tal vez se encuentre "en la comparación de andaluces y vascos", y ha asegurado que también él se ha reído viendo "Ocho apellidos vascos" aunque esta sea, ha valorado, "una película normalita, nada del otro mundo".

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