ruta de val y montaña

El Roquedal en todo su esplendor

Abundantes y caprichosas  formaciones graníticas en el empedrado camino de vuelta
photo_camera Abundantes y caprichosas formaciones graníticas en el empedrado camino de vuelta
La serra da Peneda, que forma parte del  PNPG o parque Nacional Peneda-Gerês, sobrado honor hace al roquedo porque encontrarás en esas montañas todo lo que apetezcas de formas rocosas. Un escenario que disfrutarás si llevas un bagaje de conocimientos sobre las rocas o un experto te acompaña y  te va explicando para apreciar todas las caprichosas formas de estos roquedales fantásticos o tienes la dicha de que te acompañe un J. Ramón Seara o un Pedro Araujo, como antes Xosé Nespereira, geólogos de la facultad de Ciencias

La ruta circular no exenta de dificultad, aunque de breve recorrido, requiere de un no desdeñable esfuerzo para acometerla desde el santuario de A Peneda al pie del gran roquedal de A Meadinha, donde más de una docena de vías de escalada sirve de escuela a muchos clubes. Desde el santuario se alcanza la cumbre más allá de los mil metros por la Lagoa do Penedo, con senderos entre rocas y circunvalando el penedo Aguas Santas, de no fácil trepada, seguirás trotando por viejos caminos empedrados, esas vías de comunicación potenciadas en el Medievo que muchos atribuyen a romana factura, pero improbable.


Sinuoso empedrado


El mejor punto de partida para la marcha que podría hacerse en cualquiera de los dos sentidos, pero que prefiero iniciar al pie del mismo santuario tras su explanada donde un panel señala las rutas de escalada del gran penedo y el comienzo del serpenteante camino empedrado que asciende por varios centenares de metros hasta la repisa de la lago do Penedo, siempre llena, pero en esta ocasión vacía por el estiaje. Un goce entre esas acacias llamadas por acá australias, muy abundantes en las atlánticas costas de Portugal. Una dura ascensión que debe tomarse con calma si no queremos quedarnos sin resuello. Camino a veces con escalones para salvar las pendientes, Una de las veces que por allí la emprendí me acompañaban, entre más de una docena, Luis Menéndez, Julia Villalva, Elvira Cuevillas, Quique Tovar… pues todos coronarían la cima; de Elvira decir que subiría como un gamo, Menéndez con pausas, Julia Villalva dando ánimos al consorte y Quique Tobar como quien no quiere la cosa, mientras Failde a paso ligero y Tonecho a su ritmo e Isabel, Belem,Mercedes…bien se disponían por el sinuoso empedrado Así que la más de docena establecida en la cima, más de una hora de relax para ver en la Lagoa ya ranas verdes, ya ocres, ya casi amarillas, según las orillas herbosas, arenosas o en descomposición, en un alarde de como la Naturaleza determina el camuflaje. Este fenómeno solamente lo vi por acá, aunque ahora es probable que por tantas sequías la supervivencia del batracio, cuestionable.

Desde aquí dos posibilidades, una de ellas acometer por la vía directa el penedo de Aguas Santas, de difícil trepada entrando por el sur y saliendo por la cara noreste, y otra opción, continuar dirección norte por donde el sendero marcado que más arriba te hace pasar por esos como roquedos del Aguas Santas y otras formaciones menores en este canto al granito en esta Serra da Peneda que sobrados honores al nombre hace.

Una ligera subida para bajar entre el roquedal, restos de calzada hacia a Bouça dos Homens, una aldehuela cuando a la izquierda vemos el enorme foxo do lobo de Bouça con unos paredones perfectamente alineados en forma de V.


Camino de vuelta


Al tomar contacto con el asfalto debemos seguir a derecha por menos de 1 kilómetro; después, a derecha también, por la primera pista empedrada que sube a la montaña donde iremos ganando altura; pasaremos a la vera del pico Aguas Santas, por su oriental ladera y cuando el empedrado se deja, caminaremos entre formaciones rocosas caprichosas donde el camino a veces aprovecha el lecho plano por sabregoso terreno que en la suave bajada se vuelve irregular, erosionado allí donde se ha perdido el pétreo enlosado. Caminando hacia abajo recorremos el último tramo por losas graníticas hasta dar en amplia explanada a la vera de la carretera que viene de Lamas de Mouro. Yendo por la explanada hacia la derecha sortearemos parte de la carretera hasta dar en el santuario a escasa distancia con el  cartel donde el camino comienza con la leyenda:  “Peneda o som da pedra”.

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