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Vampiros, fantamas y zombis: los top trending de la muerte

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photo_camera Tilda Swinton y Tom Hiddleston, en 'Solo los amantes sobreviven', de Jarmusch.

La muerte como tendencia: la ficción audiovisual ha reflejado la muerte en muchos de sus estados, convirtiéndose en tema recurrente y fuente inagotable de series y películas

“No es que tenga miedo de morir, lo que no quiero es estar allí cuando ocurra”

Woody Allen

La muerte, ese concepto que eriza las pieles de los vivos, una idea que recoge en sí misma todas nuestras preocupaciones, es uno de los mayores miedos contemporáneos y como tal, trending topic de la cultura audiovisual del siglo XXI.

A través de los años, la ficción contemporánea, fílmica y televisiva, ha reflejado la muerte en muchos de sus estados, siendo a día de hoy tema recurrente y fuente inagotable de series y películas. Puede que su representación se deba al miedo que nos produce, la necesidad de hablar sobre ello o el puro morbo de tratar temas de estos que hacen salivar a los jóvenes y horrorizan a las abuelas.

En pleno siglo XXI, hablamos de tres fórmulas principales: vampiros, fantasmas y zombies.

Nosferatu_by_hallowedbmyname2Los primeros, también conocidos como no muertos y tan atractivos en la ficción –sin contar con los vampiros swarovski de la saga Crepúsculo- fueron pioneros en hablar sobre la muerte o la no muerte. Partiendo de la novela Drácula de Bram Stoker, hemos visto al vampiro primigenio en el cine como Nosferatu (Murnau, 1922): una figura mortecina, con largas uñas y dientes. Aterradora si la comparamos con la actualidad vampírica, donde el aspecto de la muerte se ha transformado en cuerpazos de gimnasio y bellezas ideales como sucedía en el sangriento culebrón del seriéfilo True Blood (Allan Ball, 2008-2014), o en su tendencia adolescente la serie Crónicas vampíricas (Julie Plec y Kevin Williamson 2009-actualidad).

En su camino hacia la contemporaneidad el vampiro ha pasado de ser relacionado con la muerte, la sangre y el dolor, al amor y la belleza. Una de las representaciones más contemporáneas fue Solo los amantes sobreviven (Jim Jarmusch, 2013), donde el vampiro conserva poco de tormento y mucho de moda y cultura pop, con una Tilda Swinton más llamativa que nunca y el papel más intenso de Tom Hiddleston.

Lo último en vampirismo y directo a nuestros televisores, es el novísimo estreno de la quinta temporada de American Horror Story. Ryan Murphy experimenta con esta cumbre de la no muerte, presentándonos hermosos y fashionistas seres que disfrutan de la experiencia de beber sangre humana. En definitiva, de Gary Oldman Dracula 3los colmillos, las uñas largas y los cuerpos tísicos y escuálidos ya no nos queda nada, la contemporaneidad ha matado la muerte, convirtiendo el mito del Conde Drácula en puro vicio contemporáneo. Sin duda, nos quedamos con el Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992) donde Gary Oldman recoge en su personaje el equilibrio entre muerte y erotismo.

Lo siguiente más recurrente en el plano audiovisual son los fantasmas. En un mundo donde las nuevas tecnologías e internet ponen casi cualquier información en nuestras manos, fantasmas y espíritus recogen en sí todo el misterio. En nuestro país el mayor ejemplo de la excitación que produce el más allá, se traduce en el exitoso programa Cuarto Milenio.

En la ficción fílmica, es un tema que ya forma parte de la cultura hipermoderna, versando sobre fantasmas y espíritus algunas de las películas más míticas de la A2Ehistoria del cine desde El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999) con Bruce Willis encabezando la plantilla de fantasmas, hasta Los Otros (Alejandro Amenábar, 2001) donde Nicole Kidman aprenderá a defender lo suyo como viva y como muerta.

Son muchos los que se deleitan con el género fantasmagórico, pues directores como Guillermo del Toro no se cansan y repiten, dejando en nuestra memoria algunos espíritus tan imborrables como Santi en El espinazo del diablo (2001) y que vuelve a evocar en su última obra La cumbre escarlata (2015) catorce años después.

Otra vertiente, la inolvidable Ghost (Jerry Zucker, 1990), donde muchas mujeres cambiarían a sus parejas por un fantasmal Patrick Swayze. Por supuesto, el 88760tema no podía dejar de abarcar también la ficción televisiva, donde una vez más Ryan Murphy decidió presentarnos a espíritus con muchas cosas pendientes en la primera temporada de AHS: Murder House.

Ellos también llegan al humor, no siempre hay que hacer de la muerte un drama y esto nos lo enseña Promoción Fantasma (Javier Ruiz Caldera, 2012) donde Raúl Arévalo saca a relucir la parte cómica del más allá, condimentado con un aire retro y 'Total eclipse of the heart' de Bonnie Tyler. Una película que no tiene desperdicio.

Por último y a la cabeza desde el estreno de 'Thriller' de Michael Jackson (1983), lo más esperado, aclamado y explotado de la muerte: los zombis o muertos vivientes.

Estas criaturas putrefactas cuyo instinto es volver de la muerte para comer cerebros –y lo que no son cerebros- se han convertido en un elemento más de la cultura audiovisual contemporánea. Podemos disfrutar de ellos en cientos de formas, y casi cada día en nuestra televisión o sala de cine más cercana. ¿Su secreto? Puede ser miedo, repugnancia o admiración, pero está claro que los zombis han encontrado en la contemporaneidad su sitio y la clave del éxito.

Es inabarcable las innumerables fórmulas de representación para los muertos ba35adae-b271-b34b-88a1-187b5ed34c8b_TWD_512_GP_0924_0056-1940x1259vivientes, el más habitual es el apocalipsis zombi, donde el espectador se sitúa siempre de parte de un mínimo grupo de supervivientes que luchan por mantenerse con vida y no con las vísceras por el suelo –Inevitable para el pobre Glenn de The Walking Dead-. Este género postapolíptico nos ha traído algunas de las grandes joyas de la televisión como la ya mencionada The Walking Dead o su precuela Fear the Walking Dead, que ha tenido tanto éxito como la primera.

Otras joyas del género, la miniserie Dead Set: Muerte en directo (2008) en la que el apocalipsis zombi llega a Gran Hermano; In the Flesh (2013), la serie donde los muertos vivientes padecen el Síndrome del Difunto Parcial (SDP) ofreciendo una novedosa perspectiva; o Les Revenants (Fabrice Gobert, 2012-actualidad), una de zombis a la francesa donde somos partícipes de un bendito desconcierto que investiga sobre la temática.

El cine no se queda atrás reinventando el género una y otra vez. Podríamos quedarnos en la parte típica del universo zombi con Soy Leyenda (Francis Lawrence, 2007) la adaptación de la novela de Stephen King; pero se han WARM BODIESPh: Jonathan Wenk© 2011 Summit Entertainment, LLC.  All rights reserved.explorado ámbitos que, por lo menos, merecen el calificativo de curiosos. Por ejemplo Memorias de un zombie adolescente (Jonathan Levine, 2013), qué decir más que lo que su título nos augura. También contemplamos la parte dramática con Retornados (Manuel Carballo, 2013), donde llorarás más por los muertos vivientes que por los vivos.

Como se puede observar, el universo de la muerte no deja indiferente a nadie. Ese miedo ocupa un enorme hueco en todos los ámbitos conocidos, lo único que ha hecho la cultura audiovisual contemporánea ha sido quitarle hierro, darle un toque molón y ayudarnos a interiorizar que siempre nos queda la posibilidad de conquistar a nuestro amor desde el más allá como en Ghost, o convertirte en zombi y atormentar a tus colegas.

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