Manzaneda amaneció ayer con un renovado y espeso manto blanco, regalando una espectacular jornada de esquí a los que hasta la estación de montaña se acercaron a lo largo de toda la jornada.
Desde primera hora de la mañana, las instalaciones de la única estación de esquí de Galicia se convertían en un ‘ir y venir’ de gente dispuesta a gozar de la gran nevada.
Aunque la niebla parecía querer asomar por momentos, no logró estropear la magnífica estampa que ofrecía la alta montaña del oriente ourensano.
La noche del viernes al sábado los copos de nieve caían sin descanso y gracias al incesante trabajo del personal de Meisa la estación de montaña anunciaba a primera hora de la mañana una notable ampliación en el número de pistas abiertas y kilómetros esquiables.
La reapertura de la estación de esquí no pudo ser mejor y el último fin de semana de febrero se presentaba con 10 pistas abiertas en las que disfrutar de sus 7 kilómetros de bajadas.
Cada ladera se convertía en auténtico campo de juegos para lanzarse en trineos, plásticos y darle forma a diferentes muñecos de nieve, logrando que cientos de familias saborearan el momento.
Portugal seguía siendo la procedencia mayoritaria de los usuarios de la estación en la jornada del sábado. Entre ellos se encontraba un grupo de amigos llegados de Oporto y Braga, quienes por primera vez visitaban la estación, “es la primera vez que venimos y la primera vez que esquiamos. Tomamos una hora de clases y después seguimos nosotros”, explicaba Rui Abrunhosa asegurando que “nos gustó mucho el sitio y volveremos”.
Silvia Felberg llegaba desde As Pontes, en A Coruña, a Manzaneda junto a su hija. “Ella ha disfrutado con el trineo todo el día, pero nos queda pendiente volver y aprender a esquiar”, manifiestaba la madre.
El buen ambiente se respiraba en una Tasquiña llena de amantes del deporte de invierno, contentos ante la sorprendente nevada caída la última noche y que hizo posible la práctica del esquí un fin de semana más .
