Penalonga, un lugar para viajar en el tiempo en A Pobra de Trives

photo_camera El recorrido, de gran valor paisajístico.
Una ruta en plena naturaleza por senderos cargados de gran valor paisajístico y cultural, donde las piedras, la historia y el vino caminan de la mano

Los cierres perimetrales de la pandemia no permiten viajes a grandes distancias, pero sí son infinitos los lugares cercanos por descubrir. En la lista de sitios que conocer sin masificación está el Macizo Central Ourensán, ese gran desconocido que sorprende al visitante. Justo en ese punto, en el Concello de A Pobra de Trives, se encuentra la ruta de Penalonga, una caminata de aproximadamente 8 kilómetros ida y vuelta, que parte desde el centro de la villa trivesa, ideal para realizar en primavera. Una travesía de alto interés cultural y paisajístico tan a remarcar en este 22 de abril, día de la madre tierra, en donde socializar con la naturaleza centrándose en los procesos naturales, sin apenas impacto sobre esta, también significa salud en tiempos de covid.

Ante los pies del caminante están kilómetros de cambios de clima, flora y fauna, donde el mundo atlántico y mediterráneo tropiezan pasando de paisajes de bosques de castaños a una vegetación de encinas, jaras y madroños. Un paseo además recorriendo auténticos tesoros naturales y biológicos, predominando por supuesto los tradicionales cultivos de vides bancales o terrazas.

Esta pronunciada pendiente constituye un vasto ecosistema de gran variedad y riqueza hasta su final donde el río discurre encajado a través de paisajes y montañas de enorme belleza en los conocidos cañones del Bibei. Incluso a lo lejos se puede divisar Ponte Bibei, que pertenecieron a la Vía XVIII del Itinerario Antonino, construido como paso de la Vía Nova. Puente que hoy ostenta la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional, siendo una de los mejor conservados de Hispania, tomando su nombre del río sobre el que transcurre.

Se localizan además en este término lagares rupestres que consiguen que el visitante haga un viaje cultural retrocediendo en el tiempo. Excavación realizada en la propia roca con una pequeña cavidad en uno de sus lado, por donde, tras el prensado, saldría el líquido. Ya en el punto de Penalonga se encuentra un lagar rupestre de estructura rectangular, de grandes dimensiones, con bastante profundidad, cuyo uso se vincula por su ubicación posiblemente con el viñedo y la producción de vino desde muy antiguo.

Para coronar dicha travesía está la confluencia del Bibei y el Fiscaíño, en el conocido también como “Monte do Barco”. Una cresta rocosa en donde se encuentra una escritura labrada en uno de sus costados. Esta misteriosa inscripción datada del año 972, habla presumiblemente de la fundación de un ‘oppidum’, pudiendo también hacer referencia a la fundación de un eremitorio. Una investigación sería la clave para resolver este enigma.

Es este un lugar en el que viajar en el tiempo, en donde ya los hermanos La Salle, cuando tuvieron el colegio en A Pobra de Trives (entre 1908 y 1976), tuvieron la brillante pedagogía de destacar la importancia de este punto llevando a los alumnos, en sus salidas al campo, caminando hasta Penalonga a conocer tal inscripción.

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