Fatiga, alteraciones de la marcha y disminución de la movilidad funcional son algunos de los problemas a los que se enfrentan las personas con esclerosis múltiple, para quienes la prescripción de un ejercicio físico adaptado a sus características y necesidades puede repercutir positivamente en su autonomía funcional. A partir de esta idea, los miembros del grupo de investigación Well Move de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte desarrollaron un estudio destinado a conocer los efectos en esta población de un programa de marcha nórdica. Se trata de una modalidad de ejercicio físico que consiste en caminar con bastones específicos y una técnica adecuada, promoviendo la activación de la musculatura del tronco y miembros superiores con baja percepción de fatiga.
Los resultados de esta investigación, cuyas conclusiones se vieron limitadas por la baja adherencia de los participantes al programa, se recogen en un artículo que los investigadores Carlos Ayán, Iván Martínez Lemos y Daniel Martínez Aldao realizaron con la colaboración del neurólogo del Complejo Hospitalario de Pontevedra Manuel Seijo y que constituye el primer estudio científico publicado sobre la aplicación de esta disciplina como terapia de rehabilitación física en pacientes con esclerosis múltiple. En este sentido, el estudio realizado en el Campus de Pontevedra ha permitido confirmar en primer lugar que la marcha nórdica consiste en una práctica que "pode prescribirse a persoas con esclerose múltiple, dado que non son esperables efectos negativos que agraven a enfermidade", señala Ayán.
