La Audiencia de Ourense sienta hoy en el banquillo de los acusados a Andrés López López, un lucense 53 años que está incurso en numerosas investigaciones por agresiones sexuales en Galicia así como en las provincias de León y Valladolid.
El delito que se le imputa en Ourense, por el que se enfrenta a una petición de 15 años de prisión, sucedió el 9 de julio de 2010 en O Barco, donde estaba de paso. La víctima, una vecina del lugar de 79 años que paseaba por un camino que comunica las localidades de Éntoma y A Veiga.
Según la argumentación del ministerio público, el acusado, que se escondió entre los arbustos para sorprender a la víctima, se disfrazó con un sombrero de cowboy y unas gafas de sol grandes para no ser reconocido. Tal como en su día denunció la mujer ante la Guardia Civil, el inculpado la agarró fuertemente por detrás de los hombros, diciéndole: 'Ven, que ahora vamos a echar un polvito'. La anciana gritó cuando el violador la arrojó la suelo, pero, aún con todo, no consiguió que el agresor desistiese de sus propósitos. Según recoge el fiscal en su escrito de calificación provisional, 'la forzó para que abriera la piernas y la penetró vaginalmente hasta llegar a eyacular en su interior'.
El inculpado fue detenido ese mismo día, decretando la jueza de O Barco que le tomó declaración su encarcelamiento, una situación que continúa hasta la fecha.
El perfil de la víctima y el 'modus operandi' del violador hizo saltar la alarma en la Policía Judicial de la Guardia Civil de León que desde el año 2007 andaba tras la pista de un hombre por varias agresiones sexuales. Los análisis de ADN confirmaron el caso de Ourense y también la correspondencia con las muestras genéticas que se habían obtenido en el 2007 en una violación en Huerga de Frailes, que instruyó el Juzgado 2 de La Bañeza (León).
Hubo otro caso en Castilfalé (León), que data de 1995, pero tuvo que ser archivado porque el procedimiento penal había prescrito (el Código Penal recoge que el delito de violación prescribe a los 15 años).
Según la argumentación del ministerio público, el acusado, que se escondió entre los arbustos para sorprender a la víctima, se disfrazó con un sombrero de cowboy y unas gafas de sol grandes para no ser reconocido. Tal como en su día denunció la mujer ante la Guardia Civil, el inculpado la agarró fuertemente por detrás de los hombros, diciéndole: 'Ven, que ahora vamos a echar un polvito'. La anciana gritó cuando el violador la arrojó la suelo, pero, aún con todo, no consiguió que el agresor desistiese de sus propósitos. Según recoge el fiscal en su escrito de calificación provisional, 'la forzó para que abriera la piernas y la penetró vaginalmente hasta llegar a eyacular en su interior'.
El inculpado fue detenido ese mismo día, decretando la jueza de O Barco que le tomó declaración su encarcelamiento, una situación que continúa hasta la fecha.
El perfil de la víctima y el 'modus operandi' del violador hizo saltar la alarma en la Policía Judicial de la Guardia Civil de León que desde el año 2007 andaba tras la pista de un hombre por varias agresiones sexuales. Los análisis de ADN confirmaron el caso de Ourense y también la correspondencia con las muestras genéticas que se habían obtenido en el 2007 en una violación en Huerga de Frailes, que instruyó el Juzgado 2 de La Bañeza (León).
Hubo otro caso en Castilfalé (León), que data de 1995, pero tuvo que ser archivado porque el procedimiento penal había prescrito (el Código Penal recoge que el delito de violación prescribe a los 15 años).
