Valdeorras

Ángeles de la guarda barquenses

El cuerpo de la Guardia Civil no fue creado únicamente para perseguir a los "malos". Su cometido es ayudar a los demás y lo demostraron los dos agentes que salvaron la vida a un barquense que se había golpeado en su piso. 

Las imágenes más frecuentes de la Guardia Civil muestran a los agentes practicando detenciones, bien sea de narcos, de atracadores o de otros delincuentes. Sin embargo, su labor abarca un campo más amplio, aunque siempre con el mismo fin: prestar un servicio a la sociedad. Lo demostraron dos agentes del puesto de O Barco, Fernando Santos Ferrer y Antonio Songe Casalderrey, salvando la vida de un vecino de 61 años. Este se había caído al suelo golpeando la cabeza y perdiendo gran cantidad de sangre.

Los hechos ocurrieron el domingo, cuando los agentes se encontraban en el parking de la avenida do Bierzo. A las 13,45 horas, vieron a una joven abandonar a la carrera un edificio próximo. Entre lloros, la mujer solicitó la ayuda de la patrulla pues su padre se moría tras sufrir una caída.

Inmediatamente, los guardias civiles echaron a correr hacia la vivienda. Aquí, encontraron al accidentado tirado en el suelo de la cocina. Estaba en medio de un charco de sangre y mostraba una profunda herida en la cara, teniendo problemas para respirar. Sin perder un segundo, los agentes le tomaron el pulso y practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Así, lograron mantener sus constantes vitales, evitando que perdiese el conocimiento.

Uno de los agentes fue quien llamó al 061 para solicitar el envío urgente de una ambulancia, que llegó en apenas un par de minutos, según explicó la hija del herido, quien prefirió no hacer público su nombre.

Los momentos vividos fueron duros. Los breves minutos que tardó en llegar la ambulancia del 061 de O Barco se convirtieron en una eternidad para la familia y también para los agentes, que llegaron a temer seriamente por la vida del lesionado. Tanto es así que, previa consulta a los familiares, se dispusieron a trasladarlo al hospital en el vehículo con el que patrullaban. Lo colocaron sobre una manta y, cuando cruzaban la puerta del piso, llegaron los técnicos sanitarios y un médico.

La manta fue suplida por una  silla camilla. Ya en la ambulancia, el herido fue estabilizado y trasladado, escoltado por los agentes, al Hospital Público Valdeorras. Después, fue derivado al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, donde en la mañana de este lunes permanecía grave.

La hija del accidentado se deshacía este lunes en alabanzas. "¡Me quito el sombrero ante ellos. Lo que hicieron fue maravilloso!", manifestó al recordar los hechos vividos durante el mediodía del domingo. Sus elogios también fueron dirigidos al personal de la ambulancia del 061 barquense. "¡Tienen que valorar a la Guardia Civil y la ambulancia del 061!", dijo.

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