El socialista Alfredo García sostiene que "el Gobierno central nos declaró la guerra" y defiende la política municipalista.
El socialista Alfredo García Rodríguez fue elegido presidente de la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) en octubre pasado , 17 años después de hacerse con la Alcaldía de O Barco de Valdeorras. También es vicepresidente del Eixo Atlántico, lo que le obliga a frecuentes viajes entre O Barco, Santiago y el norte portugés.
¿Qué ofrece la Fegamp a los concellos?
Abarca todo. Los concellos, cuando ven un problema, llaman a la Fegamp. Por ejemplo, este viernes, los concellos recibieron los convenios de las brigadas de incendios y los alcaldes preguntaron si avalamos los cambios. Tuve que decir que no, pues las modificaciones, sobre todo el cambio de la vigencia de uno a tres años, no pasaron por la Fegamp.
¿Cuáles fueron sus primeros logros en la Presidencia de la Federación?
Entre los logros conseguidos y en buen camino está la comisión que elaborará un documento para la financiación de los concellos gallegos y sus competencias. En política social, estamos a punto de firmar un convenio para dar una salida a las escuelas infantiles y centros de día, pues estaban atascados. Sus costes se van a reducir para los concellos. Este viernes también llegamos a un acuerdo importante para el municipalismo. Había prisas por aprobar la Lei do Solo y se consiguió que nos den 15 días más para colgarlo en Internet y presentar propuestas. Otro logro fue el convenio de los GES (grupos de emerxencias supramunicipal), que mejoró sustancialmente.
¿Hay buena relación con la Xunta?
Con la Xunta es buena. No tuvimos desencuentros. Está claro que no coincidiremos en todo. Entiendo que pedimos y que hay unas disponibilidades, pero las relaciones son muy fluidas. Ante cualquier problema, se llama e inmediatamente hablamos y tratamos de buscar acuerdos.
¿Sucede lo mismo con el Gobierno central de Madrid?
El Gobierno central nos declaró la guerra. Pretendió echarnos a la ciudadanía, como si lo peor de la clase política estuviese en el municipalismo y para ello se usó la demagogia: los sueldos de los alcaldes. ¡Cómo si nos estuviésemos haciendo ricos a costa de los ciudadanos! Hubo alcaldes despilfarradores, pero estaban muy localizados, y alguno lo tenían muy cerca, en Madrid. En base a eso nos quitaron competencias y obligaron a que los técnicos tuvieran que dedicarse a cubrir información para Madrid. El tiempo puso de manifiesto que la única administración que cumple es la municipal y que, gracias a ella, Montoro pudo maquillar las cuentas ante Bruselas.
¿Puede ser que el Gobierno central se encuentre demasiado lejos de los concellos?
Hubo quien miró si el secretario de Estado de Administraciones Públicas tuvo en algún momento de su vida algún cargo en un Concello y vio que ni siquiera fue concejal. Hay un desconocimiento absoluto de la política municipal. Hay tres poderes: central, autonómico y municipal. Todos debemos tener la misma legitimidad. Cuando se reúna el Consejo General de Política Fiscal, no queremos que el Gobierno se reúna solo con las comunidades autónomas, queremos estar presentes. Desde las federaciones autonómicas o representados por la Federación Española de Municipios y Provincias. Queremos estar allí cuando se reparta el dinero, pues prestamos el 25 % de los servicios que reciben los ciudadanos e ingresamos entre el 13 y el 14 % de financiación y eso puede ser.
¿En que trabaja en estos momentos el Eixo Interior?
El Eixo Interior está en un momento de espera. A los fondos europeos se presentaron muchas candidaturas y O Barco de Valdeorras solicitó otra, con Sarria, la Eurociudad Chaves-Verín y Bragança. Sarria participará con los anticuarios, nosotros con los productos de excelencia, Chaves-Verín acudirán con un proyecto de productos de corte ecológico y Bragança también con productos de excelencia.
¿Cuáles son las principales infraestructuras que reivindica el Eixo Atlántico?
Ahora estamos con la nueva ciudad. Dirá cuáles deberían ser los objetivos de la ciudad del futuro, desde el punto de vista de un urbanismo sostenible. En infraestructuras, estamos haciendo un trabajo importante respecto al tren de Alta Velocidad. El objetivo es unir Ferrol con Porto, lo que desatascaría el problema de Vigo. Si queremos que llegue a Porto, debe ir desde Vigo hasta la frontera y desde esta ciudad a Ourense. No tiene sentido que para ir desde Vigo hasta Ourense haya que ir por Santiago. También apoyamos la línea de mercancías del interior de Galicia, que pasa por Monforte de Lemos, O Barco, Ponferrada y Palencia. Hay otra, que da salida a Portugal por Salamanca hacia Europa. Galicia tiene que enlazar con esta para no quedar fuera.
¿Cómo valora la situación del PSdeG-PSOE y la dimisión de Besteiro?
Es compleja. Nos descabezaron cuando teníamos el candidato idóneo. Creo que todo esto lo provocó una maniobra política. Se abrió la veda de las denuncias en el país y allí donde había un responsable político del PSOE que iba bien, automáticamente tenía una denuncia para tratar de imputarlo e intentar que se fuera. No funcionó con los alcaldes. No cedimos a ese chantaje y nos mantuvimos en nuestro puesto. Ante la situación en la que estaba España, José Ramón Besteiro entendió que no debía enturbiar la política de Madrid con su permanencia, cuando habíamos constatado que la gente quería que fuese él el candidato a la presidencia de la Xunta. Tuvimos que resetearnos. Tras su dimisión, parece que debíamos tener un candidato, pero se necesita tiempo. Hubo un pequeño debate y al final se van a celebrar primarias. Se podrá presentar el que quiera y entre los aspirantes habrá gente con capacitación suficiente para hacer frente al Gobierno de Feijóo, que es lo importante. De lo que hay que hablar es de si Galicia quiere seguir otros ocho años con la misma política o quiere cambiar.
¿La situación actual podría reabrir la división interna del PSOE?
Creo que no. Los movimientos de estos días son claramente de unidad. Lo que percibo en el partido es unidad.
