VALDEORRAS

Ángel Sánchez se querella contra uno de los denunciantes

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photo_camera Ángel Sánchez Cao.

Ambas partes están convocadas a un acto de conciliación que fue fijado para el próximo 25 de junio

El sacerdote barquense Ángel Sánchez Cao, apartado cautelarmente de sus funciones tras dos denuncias por posibles delitos de abuso sexual a menores cometidos en 1980, en el Seminario Menor de La Bañeza, demandó por "injurias y calumnias" a uno de sus dos denunciantes, Emiliano Álvarez. 

Ambas partes están convocadas a un acto de conciliación que fue fijado para el próximo 25 de junio. Será en el Juzgado de Instrucción y de Primera Instancia número 8 de Ponferrada, a partir de las 13,00 horas. 

La querella que presentó el párroco de Veigamuiños está fundada en  declaraciones que el exseminarista realizó a diferentes medios. A esta demanda podría sumársele próximamente otra, en este caso dirigida contra el firmante de la segunda denuncia tramitada contra él, esta por un posible delito de "denuncia falsa", según había adelantado este diario.

Ángel Sánchez Cao negó desde el primer momento cualquier veracidad de los hechos denunciados, reprobando las conductas que reflejan y asegurando no conocer a los firmantes e ignorar si estos fueron realmente alumnos suyos en el Seminario Menor de La Bañeza.

El sacerdote continúa esperando que, desde Roma, la Congregación para la Doctrina de la Fe se pronuncie acerca de las dos denuncias formuladas contra él, la primera de ellas presentada ya hace más de dos años.

Desde el pasado mes de enero, Ángel Sánchez Cao, permanece apartado de la parroquia de Veigamuiños (O Barco de Valdeorras) y del ejercicio público del ministerio. Sobre él también pesa la prohibición de mantener contactos con menores y con las víctimas. "Estas medidas son provisionales y no prejuzgan la culpabilidad o inocencia del demandado", informó el pasado mes de enero el Obispado de Astorga.

La separación del párroco de Veigamuiños generó un fuerte malestar en buena parte de los feligreses, que transmitieron al obispo Juan Antonio Menéndez en diferentes ocasiones. Su fallecimiento, el mes de mayo, podría ralentizar aún más la solución de este caso.

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