CELEBRACIÓN

El Año de la Misericordia agita la tranquilidad de As Ermidas

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photo_camera Visitantes del santuario de As Ermidas, en O Bolo.

La apertura de la Puerta del Perdón multiplicó la llegada de visitantes al santuario de O Bolo

El Año de la Misericordia alteró la actividad diaria de los 11 residentes, incluidos los tres sacerdotes, que residen habitualmente en las depedencias del antiguo seminario de As Ermidas. La apertura de la Puerta del Perdón por el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ha disparado la llegada de peregrinos. Su presencia se aprecia en todas las misas, incluidas las de la semana, según comentó uno de los tres curas, José Antonio Crespo Franco.

Muchos de ellos llegan en autobuses. En viajes que organizaron parroquias del Bierzo y de Galicia, la mayoría de ellas situadas en la costa. Antes de subir al autobús, suelen contactar con la comunidad. Algunos llegan acompañados por un cura y aquí son atendidos por los seglares. Otros, en cambio, viajan sin sacerdotes, por lo que les corresponde a los anfitriones decir la misa, confesar y dar la comunión, requisitos obligados para ganar la indulgencia plenaria decretada por el papa Francisco para el Año de la Misericordia.

Los peregrinos también precisan de un lugar para comer y suelen acabar sentados ante las mesas de alguno de los dos comedores que utilizan los residentes. Aquí, también encuentran la cubertería y la vajilla que precisan.

En todo caso, la vida de la comunidad no se paraliza con la llegada de las excursiones de peregrinos. Hasta As Ermidas siguen llegando personas guiadas por motivos muy distintos a la obtención de la indulgencia plenaria. En la actualidad, incluyendo a religiosos y seglares que eligieron esta vida hace años, son aproximadamente 25 las personas que viven en la construcción que en su día fue seminario.

Las razones de su presencia en tierras bolesas pueden repartirse en tres apartados: espirituales, falta de recursos y problemas de estudios o de adicciones. Este último está formado fundamentalmente por jóvenes que acuden, bien para preparar exámenes o porque son enviados por organismos oficiales. Acuden a los religiosos para que les ayuden a superar problemas como el de la adicción a las drogas. Se trata de casos como el de una persona que envió el departamento de Servizos Sociais del Concello de O Barco. Según explican, el ambiente que reina entre los residentes contribuye muy eficazmente a evitar las temidas recaídas.

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