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Los apicultores recogieron la mitad de miel este año en Valdeorras

Nido de velutina entre viviendas de O Barco.
photo_camera Nido de velutina entre viviendas de O Barco.
La asociación gallega estima en un 30% el descenso de la producción gallega respecto a 2021

El que finaliza no fue un buen año para los apicultores del interior de Galicia, como tampoco lo fueron los cuatro anteriores. Desde el Consello Regulador de la Indicación Xeográfica Protexida Mel de Galicia, su presidenta Esther Ordóñez estima que la producción de este año de las 50.000 colmenas de los 300 asociados descendió un 30 % respecto a 2020, caída que en el oriente provincial fue el 50 % de un año normal, según Armando Rodríguez, presidente de la Asociación de Apicultores de Valdeorras, que cuenta con 94 socios.

Las consecuencias de la climatología de este año fueron palpables en este sector, aunque la producción variará de la costa al interior. La mayor caída se registró en las zonas costeras, donde las abejas acopiaron miel durante la floración del eucalipto, para agotarla durante las lluvias y el frío verano que siguieron. “Houbo colmeas que morreron de fame”, explicó Ordóñez.

En los colmenares del interior gallego la campaña ofrece resultados dispares, siendo mayor en las zonas altas. “En Lobios foi moi mal”, comentó la presidenta de Mel de Galicia. Ya refiriéndose a la alta montaña, apuntó que la producción se salvó gracias al carballo.

La caída de la producción en los últimos años no restó poder de atracción a la apicultura. Según los datos  del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), entre 2010 y 2021 el número de explotaciones apícolas aumentó un 42 % en Galicia, siendo un 46,6 % el incremento estatal. La comunidad gallega ocupa el segundo lugar en el panorama nacional de explotaciones apícolas. Pasó de 3.460 y 91.559 colmenas a 4.895 (193.192) y solo es superada por Castilla y León, que alcanza las 5.197 (445.258), en un producto cuyo consumo no alcanza a cubrir la producción nacional.

“Dende fai anos vemos que a apicultura é unha gandeiría de futuro”, explicó Esther Ordóñez, quien resaltó la incorporación de nuevos apicultores, bien como profesionales, semiprofesionales o como complemento de renta. El lanzamiento de nuevos productos, como la línea de cosmética natural con etiquetado gallego creada por la Agrupación Apícola de Galicia, es un atractivo más para los nuevos apicultores. “Axuda a incrementar a renda”, añadió. Sus palabras fueron corroboradas por Armando Rodríguez, quien destacó que muchos recurren a la apicultura como segunda actividad.

La velutina, seria amenaza para el 2022

Entre los enemigos de las abejas sobresale la Vespa velutina, que a “Valdeorras acaba de chegar e vai a aumentar a súa presenza”, según explicó Esther Ordóñez. La presidenta de Miel de Galicia explicó que “haberá que convivir con ela. A nivel psicolóxico é un dano importante e obligará a cambiar a forma de traballar coas colmeas. En Francia levan dende 2004 con elas e aínda non atoparon unha solución”.

Añadió que hay varias Universidades estudiando la plaga. Desde Valdeorras, Armando Rodríguez dice: “Para o ano que ven xa nos podemos preparar!” y reclamó una mayor agilidad en la destrucción de nidos, algunos de ellos en el casco urbano de O Barco.

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