TRIBUNALES

Un apoderado de banca en O Barco niega haberse quedado con el dinero de los clientes

Únicamente ha admitido que cogió 50.000 euros "a un familiar" para "cuadrar" las cuentas de la caja,

Un apoderado de una entidad bancaria en O Barco acusado de apropiación indebida, estafa y falsedad por quedarse con cerca de 500.000 euros de los clientes ha negado hoy los hechos durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Ourense.

Únicamente ha admitido que cogió 50.000 euros "a un familiar" para "cuadrar" las cuentas de la caja, que posteriormente, se reembolsó y ha pedido que "se investigue" lo ocurrido tras apuntar que, además de él, también trabajaba allí el director y que también estuvieron otras personas.

La Fiscalía reclama por estos hechos año y medio de prisión por los delitos de apropiación indebida, estafa y falsedad, por realizar unas supuestas operaciones fraudulentas en su propio beneficio con el fin de enriquecerse a través de solicitudes de efectivo a otras entidades de crédito o retirando dinero de las cuentas corrientes de sus propios clientes sin su consentimiento

Para ello, la Fiscalía sostiene que el acusado simulaba las firmas de los clientes e incluso habría adjuntado fotocopias de los DNI con el objetivo de dar apariencia de autenticidad a las operaciones que realizaba sin su consentimiento.

Durante el juicio que acoge la Audiencia Provincial de Ourense, el acusado ha negado haberse apropiado del dinero de sus clientes o haberlo destinado a las empresas familiares, como plantea la acusación particular, y ha asegurado que las operaciones que realizaba eran "las habituales" que se hacen entre bancos.

El acusado se autoinculpó de los hechos a través de unos correos electrónicos pero sostuvo que los firmó "bajo presión".

"Yo no me he quedado con nada", ha relatado el acusado, quien únicamente ha admitido que cogió 50.000 euros de "un familiar" que posteriormente le reembolso para "cuadrar" los desfases de la caja y ha pedido "que se investigue" las cuentas para "saber qué pasó", tras asegurar que "nunca hubo ninguna denuncia" contra él, además de que estuvo en algún periodo de vacaciones.

Además de él, en el banquillo de los acusados se sentaron su padre y su hermano. De hecho, ha asegurado que "se autoinculpó" en correos electrónicos posteriores que envió a la entidad porque le "remordía la conciencia".

Los hechos por los que está siendo juzgado -hoy y mañana- tuvieron lugar entre enero del año 2008 y febrero de 2010, cuando, según la acusación, el hombre realizó "multitud de operaciones fraudulentas" con el fin de enriquecerse aprovechando la falta de personal de la oficina y de su conocimiento del funcionamiento interno del banco para sustraer dinero y enriquecerse.

Tanto el padre como el hermano han reconocido haber firmado un documento elaborado por la auditoría en el que se informaba de que el exapoderado había cogido el dinero "irregularmente" aunque "por presión" para "sacarle de esa situación".

"Amenazaron con que o firmaba o se iba a la cárcel", ha subrayado el hermano.

Por su parte, un auditor que analizó las cuentas ha asegurado que el propio acusado reconoció "las sustracciones" del dinero para "atender las necesidades económicas de sus empresas" y ha asegurado que el acusado "falseó" datos al tiempo que ha descartado que se hubiese cogido vacaciones en el último año y medio.

En cuanto al mecanismo empleado entre bancos para ingresar dinero, ha explicado que el mecanismo seguido por él le permitió que "no quedara constancia" de las transacciones algo que sí hubiera ocurrido si hubiese utilizado Prosegur.

En todo caso, ha reconocido a preguntas de la defensa, que parecía "preocupado" y que incluso intentó devolver el dinero, aunque no ha podido aclarar dónde está el dinero que falta.

En caso de condena, el acusado deberá indemnizar en concepto de responsabilidad civil a su antigua empresa con la cantidad de 448.064,12 euros por los perjuicios causados.

Está previsto que este viernes concluya el juicio -hay jornada de huelga- contra los acusados, para quienes las defensas piden la libre absolución.

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