El arroyo Forcadela dejará de provocar desbordamientos

photo_camera Las obras de arroyo de Forcadela, proyectadas por la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, están próximas a finalizar. Entre los trabajos llama la atención la escollera de piedras y madera construida en el núcleo de Veigadecabo.
Madera y piedras protegerán las viviendas de un cauce que la sequía redujo a un hilo de agua

Las obras que la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil desarrolla en el denominado Regueiro de Forcadela y su entorno, además de avanzar a buen ritmo llaman la atención de los vecinos por el empleo de madera. El propósito de este proyecto es eliminar cualquier peligro de desbordamiento del citado cauce y para ello el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico diseñó la mejora de la capacidad de desagüe y recuperación del dominio público hidráulico.

En Veigadecabo, núcleo que concentra la práctica totalidad de los trabajos, llamó poderosamente la atención el modelo de escollera elegido para esta actuación. Al consistir en una base de piedra, en cuya parte superior fue utilizada la madera como principal material. Posteriormente, los planes pasan por completar esta zona con plantas, según apuntó ayer el alcalde, Alfredo García Rodríguez.

La obra intenta proteger de avenidas extraordinarias las zonas del casco urbano barquense por las que discurren las aguas del arroyo de Forcadela, que se encontraba muy degradado y perdido en la zona donde se desarrollan las obras. En referencia a este cauce, el alcalde afirmó que los trabajos ya están finalizados, restando únicamente colocar las conducciones de saneamiento y hormigonar la plaza de este núcleo barquense.

El arroyo de Forcadelo discurre por un paso inferior de la carretera N-120 antes de alcanzar la plaza de Veigadecabo. En este tramo, el cauce discurría al aire libre por un canal hormigonado, cambiando a una sección enterrada a la salida, en un ángulo muy cerrado. Esta característica provocaba el desbordamiento del arroyo, propiciando que el agua alcanzase las casas cercanas, en su mayoría habitadas. Un caudal que dista mucho del actual, donde las escasas lluvias de los últimos meses lo reducen a un hilillo de agua en el centro del cauce.

La obra, que financia la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, supuso una inversión de 232.302 euros y está siendo ejecutada por la empresa Acoval.

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