Los barquenses van tomando conciencia medioambiental; cada vez discriminan más entre los residuos que generan a la hora de arrojarlos al cubo de la basura, según los últimos datos que maneja el Concello de O Barco.
A pesar de que el balance global de la gestión de residuos refleja que en general se han incrementado, lo cierto es que el crecimiento no ha sido uniforme. Aún así, el contenedor verde sigue liderando la tabla de cantidades; en 2018, recibió más de 4.277 toneladas de desechos, un aumento del 3'4% respecto a 2017.
De los tipos de contenedor que es posible ver en las calles de la villa, el único cuyas cantidades han crecido menos que las del verde ha sido el del vidrio. Las casi 151 toneladas que los barquenses depositaron en los iglús en 2017 solo se incrementaron en un 2'5% en 2018. Pero el papel, con una subida del 5'7%, y los envases, con un ascenso del 9'6%, perfilan una situación positiva; la ciudadanía de O Barco recicla más.
Alicia Álvarez, concejala de Abastecimiento, Saneamiento y Limpieza de O Barco, lo confirma: "La gente recicla". Asegura que además de beneficiar al medio ambiente, favorece a las arcas municipales: "Si se separa, el Concello paga menos".
Aún así, el reciclaje es un arma de doble filo. Las confusiones a la hora de separar pueden ser perjudiciales. Álvarez comenta que "el que más falla es el de los envases", es decir, el amarillo. "No es para plásticos, es para envases", advierte.
No solo aumentó el volumen de desperdicios que recibieron los contenedores barquenses en 2018. El punto limpio se hizo cargo de 79 toneladas de escombros, frente a las más de 69 del ejercicio anterior. Los residuos voluminosos recogidos a domicilio también crecieron, pasando de 33 toneladas a más de 54.
Es buen indicador de la concienciación de los barquenses el premio que recibió el Concello el año pasado dentro de la campaña "Recicla, respira e supérate. Únete ao reto!". Organizada por Ecoembes y la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, consistía en un reto: aumentar, respecto al año anterior, un mínimo de un 10% los residuos depositados en el contenedor amarillo. O Barco lo consiguió con creces, alcanzando el 17%. El premio, de 2.000 euros, fue donado íntegramente a Asfaval.
