O Barco combate la larva de procesionaria con trampas

photo_camera Dos integrantes del GES de O Barco colocan una planta en el jardín botánico. J.C
El confinamiento y la alta temperatura favorecieron la propagación de la oruga que daña a los perros

Los barquenses propietarios de mascotas, especialmente los dueños de perros, deberán extremar las precauciones cuando los lleven por parajes donde haya pinos o cedros. El cambio climático y la reducción de la contaminación parecen estar detrás del aumento del número de nidos de procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) localizados en O Barco de Valdeorras, una oruga que puede causar graves daños físicos a aquellos animales que entren en contacto con algún ejemplar.

Ayer, operarios del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de O Barco procedían a la colocación de trampas en los cedros del jardín botánico, próximo a las piscinas municipales del Paseo do Malecón. Antes, situaron objetos similares en los árboles que crecen en el entorno de la Casa Río Cigüeño, en las inmediaciones de la zona de esparcimiento canino (ZEC) de la Avenida do Bierzo.

"Son trampas físicas, para que as larvas queden nelas", explicó la concejala de Medio Ambiente, Diana Urdangaray Díaz. La edil descartó el uso de productos fitosanitarios en los árboles debido a la proximidad del río Sil, a cuyas aguas podrían ir a parar las filtraciones de los tratamientos, y también de un parque infantil.

Las trampas consisten en envases colocados en el tronco de los árboles en los cuales caen las larvas y de donde no pueden escapar posteriormente. Hay otros modelos, destinados a los ejemplares adultos, que son capturados mediante sustancias atrayentes que son depositadas en las trampas.

Urdangaray Díaz también atribuyó la proliferación de las larvas al cambio climático y a los cambios registrados en las temperaturas. Añadió que las trampas permanecerán en los árboles hasta el próximo mes de mayo, periodo en el que el riesgo de causar daño es menor, pero siempre con el temor a que a alguna persona se le ocurra retirarlas.

“Esta oruga é moi tóxica, sobre todo para os cans"

La larva de procesionaria es uno de los peores enemigos de los perros. Lo explicó el veterinario Manuel Fernández López, responsable del barquense Centro Veterinario Arume. "É moi tóxica, sobre todo para os cans", explicó.

El peligro de estas orugas se esconde en sus pelos. Son los que pueden provocar la necrosis o muerte de las células de la lengua o del esófago del animal, según explicó este veterinario. Añadió que este mal, en ocasiones, obliga a eliminar la zona dañada.

Si una mascota tiene contacto con la procesionaria, Manuel Fernández aconseja lavar la zona con agua, preferentemente tibia y sin frotar la zona y acudir inmediatamente al veterinario.

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