La subida y bajada de trabajadores del sector de la pizarra en los vehículos que los trasladan a las canteras entraña un peligro que las fuerzas de seguridad de O Barco pretenden evitar. Las paradas en puntos peligrosos ya provocaron algún que otro accidente y de ahí la búsqueda de soluciones. Entre las opciones barajadas está la delimitación de ciertos puntos para que estos transportes puedan detenerse con seguridad, lejos de cruces de calles y pasos de peatones.
Otro aspecto que preocupa en O Barco es la velocidad, a veces excesiva, de los citados vehículos de transporte de trabajadores, un problema que podría ser resuelto con la colocación de un radar, según las mismas fuentes consultadas.
En referencia al peligro que supone la circulación de tráilers y otros vehículos pesados por un casco urbano que anualmente recorre medio centenar de transportes especiales, el riesgo debería desaparecer con la apertura de la circunvalación. Eso sí, el final de la obra obligará a desviarse por la N-120 a los transportes que viajen entre las canteras de Carballeda y el parque empresarial de A Raña, los cuales se valen actualmente de la travesía de la villa.
Estos aspectos serán analizadas en las Jornadas de Seguridad Laboral, programadas para el 27 de marzo en la sede de la Asociación Galega de Pizarristas (AGP), en Sobradelo (Carballeda). En la organización participan el Clúster da Pizarra de Galicia, la Xunta, Salud Laboral Gallega y la Dirección General de Tráfico y su programa también aborda la siniestralidad vial del sector, la estiba de la carga, la tipología de los accidentes de la pizarra y las condiciones de los vehículos en minería.
