El botelo se va de restaurante

photo_camera La pandemia amenaza seriamente a la comida popular de la Festa do Botelo que, salvo un cambio brusco de la situación sanitaria, pasará a desarrollarse en los restaurantes. Mientras, algunas familias se resisten a perder la tradición de elaborar en casa el embutido tradicional de O Barco, un ritual que va a menos.
La pandemia amenaza seriamente con suspender la comida popular que el Concello de O Barco organiza en torno al botelo y llevar a los restaurantes la fiesta en torno a un embutido que siguen elaborando algunas casas particulares.

La pandemia del covid-19 abocó al Concello de O Barco a plantearse seriamente la suspensión de la Festa do Botelo, aunque si las autoridades sanitarias lo permiten los amantes de la buena mesa podrán degustarlo en los restaurantes de la villa a partir de la fecha habitual, el 22 de enero. Este escenario es el que maneja la concejala de Cultura y Educación, quien apuntó que en otros lugares, como Lalín, son los establecimientos de restauración el escenario de las fiestas gastronómicas. En todo caso, Margarida Pizcueta explicó que, “se a situación sanitaria o permite, tentaríamos facer unha lembranza, porque festa non vai ser”. 

La medida es bien acogida en el sector, como apuntó Montserrat Rodríguez, desde el hotel monumento Pazo do Castro. “Es donde tiene que ser, como se hace en todos los sitios. Que repercuta en los vecinos”, comentó la empresaria barquense.

Otra opción es elaborarlo en casa, una alternativa que sigue estando al alcance de las familias, aunque va a menos, según explicó José Hervella, de Embutidos Hervella. Algunos clientes le compran la carne para embutir el botelo en el estómago del cerdo en casa. “Cando empezamos vendíase máis para levar a casa pero vai a menos. Para que van levar o traballo! Ademais, é un produto moi delicado”, comentó.

Montserrat Rodríguez: “Es donde tiene que ser la fiesta, en los restaurantes, como en Lalín. Que repercuta en los vecinos”

Hervella explicó el proceso de elaboración del botelo, el embutido tradicional barquense. Indicó que el proceso comienza con el sacrificio del cerdo, al que se le retira el estómago para lavarlo. A su vez, las costillas, los huesos de la cabeza y del espinazo son adobados, permaneciendo en el adobo durante un día. Posteriormente, se introducen en el estómago del animal para ahumarlo durante dos o tres semanas. En el caso de este establecimiento de Manzaneda ofrecen la posibilidad de utilizar únicamente la costilla. El procedimiento es similar al que se sigue en las casas, como explicaron tres vecinas de O Barco de Valdeorras, Cita, Geles y Meli, durante la elaboración de varios botelos en un bajo particular de la villa.

En todo caso, también existe la posibilidad de comprar el botelo ya elaborado y curado en la carnicería. Hervella comentó que las ventas comienzan a recuperarse este año, después de que 2020 no fuese demasiado bueno. También expuso que las condiciones meteorológicas de los últimos días no favorecen el ahumado de los embutidos, debido a la subida de las temperaturas y al elevado grado de humedad.

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