El alza del precio de la luz obliga a revisar el sistema de calefacción de la iglesia de la parroquia de Veigamuiños, en O Barco de Valdeorras. El anuncio lo hacía el sacerdote barquense Jesús Álvarez Álvarez en la misa de bendición del retablo y las imágenes cedidas por la empresa Cedie, cuya capilla será demolida. “Estamos estudiándolo. El año pasado llegamos a pagar recibos de 500 y 600 euros. Fue un dineral. No podemos llegar. Es una auténtica locura”, indicó.
Las características constructivas del templo de Veigamuiños, con el techo a gran altura, dista mucho de favorecer el ahorro energético, una reducción del consumo a la que tampoco ayudan un sistema de calefacción basado en acumuladores. Una situación que se da en la iglesia de una pequeña parroquia donde habitualmente solo se ofician misas los jueves y domingos.
La búsqueda del método que permita compaginar la necesidad de la calefacción con el coste de los recibos será analizada por un técnico, al objeto de buscar una solución.
El problema no es exclusivo de esta parroquia barquense. Recientemente, el vicario para el Patrimonio y Sostenimiento de la Iglesia de la diócesis de Ourense, Raúl Alfonso González, anunciaba que el Obispado ourensano apagó la calefacción en enero y sus párrocos no descartan realizar colectas extraordinarias para llevar calor a los templos.
En otras parroquias pertenecientes a la diócesis de Astorga, a la que corresponde la comarca valdeorresa, los sacerdotes ya han tenido que recurrir a otros sistemas de calefacción, como es el caso de las estufas de pellets, e incluso a acondicionar una dependencia a modo de pequeña capilla para los cultos diarios.
