El calor y los incendios elevan los precios de la uva godello

photo_camera Pocos días antes del inicio de la vendimia en Valdeorras y ante la previsible disminución de la cosecha de uva, todo indica que el precio de la variedad godello, que es la más afectada, aumentó considerablemente, situándolo algunos productores por encima de los 2 euros por kilo, cuando el año pasado osciló entre 1,50 y 1,80 euros.
El kilo de esta variedad puede alcanzar los dos euros debido a la reducción de la cosecha

Las lluvias caídas en las últimas horas sobre Valdeorras apenas sirvieron para aliviar la sequía que arrastran los viñedos de la comarca. El intenso calor, o solano, de las últimas semanas hacen pensar en una reducción de la cosecha que, salvo un giro radical en las condiciones meteorológicas, en el sector calculan en torno al 25 o 30 %, siendo las uvas más castigadas las de la variedad godello, por ser estas las que menos soportan el calor extremo. Esta circunstancia lleva a productores y bodegas a hablar de un alza importante de su precio, que podría alcanzar los 2 euros por kilo, e incluso los 2,20, según apuntaron fuentes del sector. Cabe recordar que durante la vendimia de 2021, un kilogramo podía conseguirse por 1,50 o 1,80 euros.

La falta de agua y las altas temperaturas de los últimos meses propiciaron que las cepas tuviesen que echar mano del zumo de las uvas, amenazando con reducir el tamaño de la fruta y, con ello, el rendimiento de la cosecha, como consecuencia de este estrés hídrico, si las circunstancias no varían.

Una forma de aminorar las consecuencias adversas del solano es el riego y ya empiezan a verse productores regando las cepas, una práctica que estuvo prohibida y que la entrada en la Unión Europea validó. “Está autorizado”, comentó sobre este particular el presidente del Consello Regulador de la D. O. Valdeorras, José Luis García Pando. Explicó que ya puede verse a viticultores regando sus viñas valiéndose de cubas llenas de agua, si bien aclaró que “non é o habitual” en la comarca, como en otras zonas vitivinícolas españolas.

“El problema es conseguir el agua”, comentaron fuentes del sector. Prosiguieron apuntando que “en el futuro, o se riega o se mueren las cepas” si el cambio climático llega acompañado de altas temperaturas y sequía. Estas circunstancias castigan fundamentalmente a las cepas jóvenes o a los injertos. Otras fuentes consultadas también se refirieron al coste: “Hai xente que lle bota auga, pero hai que ter pozo e xenerador. Con tanta sequía, hai xente que bota”.

La vendimia comenzará a generalizarse en la D. O. Valdeorras a finales del mes de agosto, pero todo apunta a que algunas bodegas comenzarán a recoger la uva a mediados de la próxima semana. La espera de viticultores y bodegueros por la tan necesaria lluvia apenas se vio acompañada por la fortuna y, si bien la comarca registró algunas lluvias intermitentes en las últimas horas, precipitaciones que fueron una ayuda para las plantas al generar alguna humedad en el ambiente, la escasa cantidad caída apenas supuso beneficios para los viñedos. 

Sobre este particular, hay que reseñar que la estación meteorológica de Portela (Vilamartín de Valdeorras) registraba 2,8 litros por metro cuadrado el pasado martes, día 16, según los datos que ofrece Meteogalicia. En el sector indican que estas lluvias apenas sirvieron para refrescar la capa más superficial del terreno. “Tiña que chover bastante máis”, apuntaron las fuentes consultadas.

La escasez de agua provocó la muerte de un buen número de cepas, a las que hay que añadir las que ardieron con los incendios en Rubiá, O Barco y Carballeda, si bien la producción perdida con las llamas es reducida si se compara con la total de la Denominación.

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