VALDEORRAS

La carne foránea amenaza 
las explotaciones ganaderas

Parada de Sil. Provincia. Gando pastando nos montes de Parada de sil.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Reses de una explotación de vacuno.

Los ganaderos tienen dificultades para darle salida, incluso a precios que no cubren costes

La entrada de ganado foráneo podría estar detrás de buena parte de las dificultades que las explotaciones de ganado de carne tienen para salir adelante. "Case non hai demanda e se comenta que é debido ao gando que ven de fóra", explicó Germán Domínguez Salgado, un vianés que posee una explotación de 52 vacas y 93 becerros. Este desplazamiento del producto local, sumado a su bajo precio de venta, sitúan al sector al borde de la ruina. "Se un porcentaxe moi grande dos ingresos proceden das axudas é que non hai explotacións rendibles en Galicia", lamentó María Páez Pérez, representante de Unións Agrarias en Viana y propietaria de una granja con 20 cabezas. "É unha pena estar pensado nas subvencións da PAC (Política Agraria Comunitaria)", añadió Domínguez Salgado.

El mercado libre complica la solución a la entrada de carne de países como Chequia o Polonia a las grandes cadenas. Los bajos costes que soportan sus ganaderos impiden a las granjas gallegas competir con sus precios, según explicó María Páez.

Solo las ayudas permiten sobrevivir a un colectivo que vende su producto a precios de hace dos décadas. Entre 4,20 y 4,50 euros por kilo de canal y aproximadamente 4,60 si pertenece a la marca Ternera Galega. Hace dos décadas, esa misma carne alcanzaba las 750 e incluso las 800 pesetas por kilo de canal, o lo que es lo mismo: de 4,51 a 4,81 euros, según comentó Germán Domínguez. En este mismo periodo, el precio del kilo de pienso pasó de costar 20 pesetas (12 céntimos de euro) a 35 céntimos más IVA. Después están el gasoil, la electricidad y otros muchos insumos más, cuyas tarifas se multiplicaron en los últimos años. "Vendemos a precios de hai 20 anos, cando os costes cambiaron totalmente. Están pechando granxas tódoslos días", dijo la portavoz de Unións Agrarias, María Páez.

Con estas cifras encima de la mesa es fácil explicarse las dificultades que atraviesan las explotaciones de carne. En no pocos casos, sus propietarios se ven obligados a vender las reses a los mataderos industriales desconociendo el precio al que se las van a pagar e incluso su peso, una situación de desventaja que posibilita que muchos desconfíen que los albaranes que elabora la industria no son reales y que les estén pagando menos de lo que les corresponde.

Los pastos son otro problema. No hay suficientes para explotaciones de cierto tamaño. "En Viana, agora, non hai terreos para tres xóvenes que queiran montar unha granxa. As vacas non pastan nas pedras", dijo Germán Domínguez.

Es otro factor más que, según los ganaderos, impide reducir costes para no depender de unas ayudas creadas para que todos los ciudadanos pudiesen acceder a un producto que en Galicia es excepcional: la carne.

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