VALDEORRAS

La cosecha de castaña empieza irregular y con precios bajos

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photo_camera La báscula de una comercializadora de Valdeorras.

Las estimaciones prevén un aumento del 10%, aunque variará mucho entre las comarcas productoras

Las primeras castañas comenzaron a entrar en las empresas comercializadoras de Valdeorras el pasado fin de semana. Llegan con más de dos semanas de retraso respecto a la temporada de 2015 y lo hacen acompañadas de una gran incertidumbre en torno a la producción. En la Indicación Xeográfica Protexida Castaña de Galicia, que preside Xesús Quintá, estiman un aumento del 10 % para toda Galicia, si se compara con los 20 millones de kilos comercializados hace un año, pero el cálculo no se ajusta a todas las zonas.

"Hay incertidumbre sobre la cantidad. No sabemos cuánta va a dar la campaña. El erizo está en el árbol pero la castaña no se sabe", dijo el empresario barquense y presidente de la asociación Produtos Agrosilvestres de Galicia (Proagrosilva): Francisco Barredo. En términos similares habló otro barquense, José Barreda, industrial que está al frente de Castanval.

En todo caso, en la industria valdeorresa existe unanimidad al describir el calibre del fruto: pequeño. La escasez de lluvias fue un factor determinante, pero no el único. Así lo apuntaron en la IXP Castaña de Galicia. "Hubo mucha flor hembra y mucho erizo. Existe una compensación entre la cantidad y el tamaño", afirmaron, para seguidamente calificar la campaña como "irregular" y explicar que la cantidad "dependerá de las zonas".

No todas las previsiones son negativas en una campaña que comenzará a generalizarse el próximo fin de semana. "En cuanto a la sanidad, las primeras muestras son buenas", dijo el industrial Francisco Barredo. "Por ahora, la sanidad es buena. La castaña está sin coco", corroboró José Barreda. "La calidad sanitaria, referida a la insectación, es muy alta", confirmaron desde la IXP.

Los cálculos que maneja Castaña de Galicia sitúan en la provincia de Ourense aproximadamente un 60% de la producción gallega. En todo caso, insisten en que 20 millones son los kilos comercializados en 2015 y aclaran que a esta cifra habría que sumar la producción destinada al autoconsumo. En total, son unas 10.000 las familias propietarias de sotos que venden el fruto a una treintena de empresas comercializadoras y a cuatro dedicadas a la elaboración del producto, para que estas las exporten a 40 países.

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