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El coste de la depuradora de residuales de Arcos se dispara

La depuradora será construida en las inmediaciones de la zona industrial de Arcos.
photo_camera La depuradora será construida en las inmediaciones de la zona industrial de Arcos.
La Confederación Hidrográfica aumentó el precio estimado de trescientos mil a setecientos mil euros

El presupuesto estimado para la futura estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Arcos (Vilamartín de Valdeorras) se dispara. Los 300.000 euros que calcularon los técnicos en un primer momento ya no bastan y el proyecto en el que trabaja la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil ya se sitúa en torno a los 700.000, según explicó ayer el alcalde socialista, Enrique Álvarez Barreiro.

La importante diferencia existente entre la cuantía estimada inicialmente y la cifra que maneja actualmente la Confederación Hidrográfica tiene su razón de ser en los cálculos de la población de los núcleos que enviarán sus aguas residuales a la EDAR. Si en un principio, el diseño inicial fue elaborado en base a los habitantes de Arcos, a ellos hay que añadir los de determinadas zonas de Córgomo, Baseles, Valdegodos y As Gralleiras. Asimismo, deberá tomar en consideración ciertas industrias, como las cuatro bodegas abiertas en esta zona.

"Fai falla unha EDAR importante", afirmó ayer el alcalde, Enrique Álvarez. El regidor dedicó parte de la jornada de ayer a visitar el terreno elegido para construir la citada infraestructura. Según el acuerdo alcanzado con la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil, este organismo asumirá prácticamente el 90 % de la inversión, si bien los terrenos deberá aportarlos el Concello.

Parte de las fincas sobre las que se levantará la EDAR pertenecen a particulares, con los que aún no existe un acuerdo. "Falta arreglar cos propietarios", explicó Enrique Álvarez. Añadió que no toda la superficie afectada es de propiedad privada, pues una parte ya pertenece a las administraciones, al haber sido expropiada cuando se construyeron las carreteras que comunican los núcleos de Arcos y Córgomo.

El problema de las aguas residuales de Arcos no es nuevo. Se arrastra desde hace aproximadamente nueve años, cuando se construyó una fosa séptica en una zona inundable que la volvió obsoleta. Hace un año, el presidente de la Confederación Hidrográfica, José Antonio Quiroga Díaz, se desplazo hasta Vilamartín para comprometerse a dar una solución a un problema que afecta a las aguas del río Sil y que dio pie a más de una protesta del portavoz de la oposición popular, José Pinto Álvarez.

Las estimaciones indican que la futura EDAR de Arcos deberá depurar un volumen de residuales mayor que la de Vilamartín.

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