Provincia

El covid-19 impide a los niños elegir los juguetes en Cáritas

El presidente de Cáritas, Julio Mourelo, en el almacen de alimentos de Cáritas
photo_camera El presidente de Cáritas, Julio Mourelo, en el almacen de alimentos de Cáritas
Los solicitantes deberán recoger aquellos que la ONG barquense seleccione según la edad

Cáritas Interparroquial de O Barco de Valdeorras se prepara para unas Navidades extrañas, raras. Los niños de familias de pocos recursos no podrán elegir los juguetes en el sótano de la iglesia de Santa Rita. Las características de este local, con una ventilación escasa y un espacio limitado, obligaron a cambiar los planes habituales a Julio Mourelo e Isabel Álvarez, presidente y trabajadora social de la ONG diocesana en la villa.

En esta ocasión, las familias que antes del día 15 soliciten participar en el reparto de los juguetes reunidos por voluntarios a lo largo del año  serán citadas, con día y hora, para que se acerquen a recogerlos. Los juegos serán introducidos, por edades, en bolsas para facilitar su entrega a las familias.

Este cambio de planes coincide con un año donde el número de familias inscritas descendió ligeramente respecto a 2019, pasando de 172 a 153 por la marcha de algunas de ellas. Pese a ello, sus necesidades aumentaron considerablemente. "Aumenta la demanda de ayuda", explicó Julio Mourelo. El mayor problema surge a la hora de afrontar el pago del alquiler, que "está aumentando", indicó Isabel Álvarez. Esta situación se da en una villa en la que arrendar un piso viene saliendo por 250 o 300 euros mensuales.

En Cáritas barquense se preparan para afrontar un periodo aún más crítico, que comenzará cuando finalicen las ayudas, a principios de 2021. "Las ayudas se acaban", comentó el presidente, quien entiende que "la pizarra salvó la situación" e impidió que las solicitudes de ayuda fuesen más numerosas. Pero no todos viven de la piedra que produce Valdeorras. "Un sector de la población está peor", añadió Mourelo.

El inicio de la Operación Kilo, que no tiene fecha de cierre, llevará alimentos a muchas casas. En media docena de establecimientos comerciales hay carros esperando los donativos de los clientes. El Banco de Alimentos de Ourense también salió en ayuda de Cáritas barquense, al igual que la Diócesis de Astorga, con la entrega de vales mensuales para ayudar en las compras de las familias (50 euros por unidad y 10 euros por cada uno de sus miembros).

En todo caso, la imagen que ofrece el almacén donde Cáritas barquense guarda los alimentos ofrece una imagen desoladora, con estanterías semivacías y con carencias de legumbres, aceite, conservas, galletas o leche.

Las ayudas de los socios colaboradores menguan, al disminuir su número hasta los 84 actuales. Una situación similar se da con los voluntarios, grupo cada vez más reducido, que debe multiplicarse para desarrollar su actividad.

El ligero descenso del número de familias inscritas en la entidad no impide que las peticiones de ayuda sean mayores

Te puede interesar