El cura párroco de A Encomenda, Raúl Pérez, volvió a oficiar en la iglesia de Somoza (Trives). Según fuentes vecinales, el pasado 7 de julio regresó para decir misa en la aldea, que no visitaba desde mayo, cuando dejó el pueblo, llevándose la llave del templo.
El sacerdote había tomado la decisión de suspender las celebraciones religiosas molesto porque un vecino avisó al Concello de que una vieja casa, propiedad de la familia, estaba en estado ruinoso. El cura afirmó que fue 'una denuncia falsa', por lo que tomó la decisión de no volver a decir misa durante un tiempo. Se llevó consigo la llave de la iglesia, al no fiarse de los vecinos.
La suspensión de los oficios no gustó a los 35 habitantes de la aldea, quienes aseguraron que la vieja construcción presentaba un serio peligro.
En su regreso a Somoza, el párroco de A Encomenda inició la liturgia recriminando la actitud de los vecinos, según fuentes presenciales, que aseguraron que Raúl Pérez llegó visiblemente enfadado. Posteriormente, según avanzó la misa, la situación se normalizó.
La suspensión de los oficios no gustó a los 35 habitantes de la aldea, quienes aseguraron que la vieja construcción presentaba un serio peligro.
En su regreso a Somoza, el párroco de A Encomenda inició la liturgia recriminando la actitud de los vecinos, según fuentes presenciales, que aseguraron que Raúl Pérez llegó visiblemente enfadado. Posteriormente, según avanzó la misa, la situación se normalizó.
