Cinco vehículos quedaron atrapados por el agua en los accesos de A Proba y Veigamuiños
Fueron prácticamente dos horas de lluvia y ganizo, combinadas con relampagos y truenos. La tormenta que pasadas las 19,00 horas de ayer descargó sobre O Barco sumió en el caos a la villa, especialmente al tráfico que accedía al casco urbano desde la carretera N-120. La tarde se cerró con cinco coches atrapados, cuatro en el paso inferior de A Proba y uno más en el de Veigamuiños.
El primer aviso lo dio el paso inferior de la Avenida del Bierzo. Aquí, la rotura de un colector provocó un verdadero torrente de agua, que llevó a algunos vecinos a proteger con sacos rejillas y puertas de sus viviendas. Todo ello acompañado de ciertos daños causados en la carretera.
No es la primera vez que se inunda el acceso de Veigamuiños. Estos antecedentes llevaron al Concello a colocar dos bombas de achique que ayer funcionaron a pleno rendimiento, según explicó el alcalde, Alfredo García Rodríguez. Todo fue inútil, el paso inferior de la línea de ferrocarril se convirtió en un auténtico "mar interior", en el que quedó atrapado un turismo. Dos vehículos de Ambulancias Sil cerraban el tráfico desde el centro de la villa, apoyando los sanitarios al Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES), Policía Local y Guardia Civil, que no daban abasto. En A Proba fueron cuatro los coches que atrapó la inundación y que retiraron las grúas.
Las escenas de vecinos retirando agua de sus casas se repitieron por buena parte de la villa. No sucedió lo mismo con el polideportivo municipal de Calabagueiros, cuyos bajos quedaron inundados. No muy lejos de estas instalaciones, el arroyo Mariñán, que horas antes apenas llevaba agua, amenazaba con desbordarse a las 21.00 horas.
