La solidaridad de los valdeorreses comienza a flaquear. Al menos, en esta dirección apuntan las últimas campañas de Cáritas Interparroquial de O Barco y, especialmente, la Operación Kilo, que se desarrolló durante las últimas Navidades. Iniciativas como esta suelen abastecer para muchos meses de productos de primera necesidad el almacén de la ONG que preside Julio Mourelo. Ya no es así. En las últimas semanas del año pasado, los valdeorreses depositaron en los supermercados colaboradores 4.505 kilos, un 27,5 % menos de alimentos que en la temporada anterior, cuando donaron 6.215, según los datos que facilitó la entidad.
Este descenso obligó a organizar una campaña en marzo, fue denominada Zampa Kilos, y en ella se volcaron dos supermercados de la villa: Eroski y Familia. Finalizó con 370 kilos de alimentos donados. Esta podría no ser la última iniciativa solidaria, según explicó la trabajadora social Isabel Álvarez. Las aportaciones de leche que realiza la alicantina Asociación Mariola no impiden que la duración de las provisiones no alcance finales de abril, por lo que no está descartado impulsar una nueva iniciativa solidaria en las próximas semanas. Esta priorizará productos como leche, cacao soluble, azúcar, cereales o aceite.
"Antes la Operación Kilo era un no parar", recordó Isabel Álvarez, quien no encuentra una razón al descenso de las donaciones. "Hicimos lo mismo que otros años. A lo mejor, la gente no está bien económicamente", añadió. La caída no es exclusiva de esta campaña. Es general. También la denominada Gran Recogida, que promueve el Banco de Alimentos de Ourense y que se desarrolló en octubre de 2019, acusó el desplome de la solidaridad. "Todo fue bajando", dijo la trabajadora social. Sus palabras fueron confirmadas por Julio Mourelo, quien destacó que "el banco de alimentos cayó muchísimo en la última campaña".
Este descenso coincide con la estabilización, incluso un ligero incremento, del número de familias que recurren a Cáritas de O Barco en busca de ayuda. Fueron 105 las que solicitaron su apoyo durante 2020, que apenas son siete más de las 98 del mismo periodo de 2019. Una parte importante de este colectivo lo componen los refugiados que agotan el Programa Nacional de Reasentamiento, que promueve el Ministerio del Interior. Acuden a la ONG diocesana cuando agotan el programa. Son 33 las familias que conforman este grupo.
La trabajadora social de Cáritas, Isabel Álvarez, ofreció estos datos, una vez finalizados los trabajos de reparto de los alimentos que recibe de la Unión Europea. Son 3.890 kilos de productos no perecederos los que Transportes Caride llevó hasta la villa barquense, según explicó Julio Mourelo, quien destacó el apoyo del Banco de Alimentos de Ourense, al contar con la entidad barquense para el reparto de unos artículos que beneficiarán a 49 familias. La partida depositada en el antiguo pabellón deportivo municipal de O Barco incluye leche, arroz, pastas, aceite, conservas, frutas en almíbar, productos precocinados y galletas fundamentalmente.
Reparto
Las circunstancias especiales que se dan este año, consecuencia de la crisis sanitaria que sufre el país, varió la forma de reparto. Si hasta ahora lo asumían los socios de la ONG, no fue posible en esta ocasión. A la edad avanzada de muchos de ellos hay que sumar los requisitos imprescindibles que deberían reunir, por lo que esta labor está siendo realizada por los voluntarios de Protección Civil barquense. Su colaboración y la del Concello fue agradecida por Julio Mourelo, quien lamentó las carencias de Cáritas. "Estamos sin mascarillas y las pocas que hay están en malas condiciones", expuso.
Los voluntarios entregan a domicilio los lotes, aunque también hay quien acude a recoger el suyo personalmente. Son los menos, pues deben acudir en coche y "la mayoría no tiene", indicó Isabel Álvarez. La distribución de los productos, iniciada el miércoles, finalizará este sábado.
