Y si doy positivo, ¿quién alimenta a mis caballos?

photo_camera Participantes en el cribado de O Barco.
O Barco completó este jueves su primer cribado masivo, con 2.500 vecinos convocados y mucho nerviosismo durante la tensa espera del resultado, que provocó quebraderos de cabeza.

Los barquenses hicieron cola para participar en el cribado de O Barco. El polideportivo municipal de Calabagueiros fue el espacio elegido para que 2.500 vecinos, mayores de 18 años, participasen en un cribado selectivo aleatorio para detectar casos asintomáticos de covid-19. Todo comenzó a las 15,00. A esa hora empezó a verse un tráfico de vehículos inusual en los alrededores del pabellón.

La causa de los desplazamientos pudo apreciarse nada más llegar al recinto deportivo, en cuyo exterior se formó la cola, que rodeaba el pequeño jardín con su parque infantil, para acceder a la pista por la entrada de la rúa Calabagueiros.

La incertidumbre no faltó, pues los llamados por el Sergas comprobaron que la hora que les dieron para acudir a la cita era papel mojado y que tenían que hacer cola obviando el mensaje recibido. Esta circunstancia permitió que personas llamadas para las 19,00 horas ya hubiesen pasado la  prueba a las 16,00. En todo caso, la fila humana avanzaba con rapidez y el aproximadamente medio centenar de metros que tenía la cola se consumió en un plazo muy breve de tiempo: poco más de 10 minutos.

Guiados por los agentes de la Policía Local, Grupo de Emerxencias Supramunicipal y voluntarios de Protección Civil, los llamados a la prueba fueron accediendo, rápidamente y de uno en uno, a la pista del polideportivo, donde se sometieron a la prueba antes de repartirse por el parqué y las gradas mientras esperaban el resultado. 

Preguntas al aire

Un tiempo que para muchos transcurrió excesivamente lento, a causa del nerviosismo generado por la incertidumbre del resultado. En las sillas pudieron oírse comentarios de todo tipo. El nerviosismo invita a hablar. El propietario de varios caballos y que vive solo muestra las dudas que le asaltaron nada más recibir la cita. ¿Qué iba a ser de sus animales si el resultado le daba positivo? ¿Quién los iba a alimentar? Afortunadamente, la preocupación poco le duró. Rápidamente vio como sus peores presagios se desvanecían y que no se vería obligado a vender a mitad de precio sus animales.

La profesionalidad del personal sanitario hizo llevadero el poco tiempo que los convocados tuvieron que esperar para realizar la prueba y conocer su resultado. 

Te puede interesar