Las consecuencias del incendio que arrasó 10.500 hectáreas de los concellos de Carballeda, O Barco de Valdeorras y Rubiá son palpables en sus carreteras. A los daños ocasionados por las llamas se les suman los arrastres de tierra de los montes que provoca la lluvia.
Una imagen que refleja los problemas que ocasionó el fuego pudo verse en las últimas horas en las inmediaciones de Coedo. Varios tramos de la pasarela sobrevolada de madera que comunica la localidad con la villa de O Barco de Valdeorras ardieron obligando a que un equipo de mantenimiento y conservación de la carretera N-536 retirase ayer varias partes que quedaron intransitables. La reapertura de la senda peatonal va a depender de los materiales utilizados, por estar pendientes de determinar.
Los arrastres también causan complicaciones en las carreteras. Puede apreciarse en la acumulación de tierra en las cunetas de la N-120, a la altura de A Veiga de Cascallá (Rubiá) o bien en las infraestructuras del rural barquense. Ayer, el concejal de Obras, Miguel Neira, anunciaba que la brigada municipal de este departamento procederá a limpiar las cunetas de los accesos a todos los núcleos.