CRIMEN EN PETÍN

El odio fue el móvil del crimen del holandés, según el fiscal

La acusación sostiene que los hermanos Julio y Juan Carlos Rodríguez le tendieron una emboscada

 Los hermanos Julio y Juan Carlos Rodríguez González irán a juicio por el asesinato del vecino de Santoalla (Petín) Martin Verfondern, crimen ocurrido el 19 de enero de 2010, según detalló el fiscal Miguel Ruiz en la imputación concretada en la comparecencia judicial de ayer en el Juzgado de Instrucción 2 de O Barco. Al autor confeso del disparo mortal, Juan Carlos (53 años), que sigue en prisión provisional, también le acusará de tenencia ilícita de armas.

Ambos investigados acudieron pasadas las 11.00 horas de la mañana al edificio judicial de O Barco para la celebración de la comparecencia que establece la Ley del Jurado, un trámite procesal en el que el fiscal esboza lo que será su escrito de acusación. Para el representante del ministerio público, ambos hermanos, oriundos de la pequeña aldea de Santoalla (Petín), tendieron una emboscada a un viejo enemigo, el holandés que junto a su esposa, Margor Pool, escogió Santoalla para vivir "libre de la energía nuclear", según él mismo solía decir.

Pero los únicos habitantes de Santoalla, los investigados y sus padres, no acabaron de entenderse con los forasteros. Las disputas por la gestión de la comunidad de montes Cabeza de Vilariño, un próspero negocio que no quisieron compartir, pronto saltó a escena. Precisamente, el fiscal asegura que fue el "odio" hacia Verfondern lo que auspició el crimen. Y, "tras perder todos los procesos judiciales, "decidieron acabar con su vida".

Pese a que Julio Rodríguez (49 años) asegura que su participación en el crimen se limitó a esconder el cadáver , para encubrir a su hermano (un hecho que no estaría penado), el fiscal en este momento del procedimiento sostiene que "actuaron de común acuerdo".

El asesinato ocurrió sobre la una del mediodía del 19 de enero cuando los hermanos -dice la acusación pública- esperaron al holandés, quien había bajado a O Barco a hacer la compra, a la entrada del pueblo, "una zona con nulo tránsito de gente". Considera que forzaron a que parase el coche y le dispararon un tiro (no concreta quién) con una escopeta, a escasos metros, cuando Martin Verfondern estaba dentro de su viejo Chevrolet Blazer.

 La acusación ya esboza el delito por el que serán acusados (asesinato) en tanto que sostiene que la víctima fue atacada de forma "sorpresiva y sin la más mínima posibilidad de defenderse, lo que provocó su muerte inmediata". Asimismo, atribuye a ambos el plan para deshacerse del cadáver y del vehículo, que apareció en junio de 2014, algo más de cuatro años después, para que el crimen quedase impune. El  todoterreno fue llevado a una zona de monte, de muy difícil acceso, situada a unos 12 kilómetros de la aldea de Santoalla. "Allí dejaron abandonado el cadáver de Martin Albert, en una lado de la ladera, y a varios metros prendieron fuego al vehículo para que no pudiera ser identificado". 

LOS LETRADOS PIDEN EL SOBRESEIMIENTO Y LA NULIDAD

El letrado de Julio Rodríguez interesó en la comparecencia de ayer el sobreseimiento del caso por falta de pruebas en un delito de asesinato contra su cliente. Este último, ante el juez, sostuvo que se encontró el cadáver y, creyendo que había sido su hermano, se limitó a ocultarlo. Por su parte, la letrada que representa a Juan Carlos, el único de los dos que está en prisión provisional, interesó la nulidad de la instrucción por defectos procesales a la hora de  ajustarse el caso a la Ley  del Jurado. 

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