VALDEORRAS

El Instituto de Estudios quiere proteger los cedros de Arnado

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photo_camera Los cedros del Canadá crecen a escasos metros del castillo de Arnado.

Su presidente defiende el "indulto a perpetuidad" de los arboles del castillo puesto a la venta 

Los ocho cedros del Canadá que crecen en una finca de los dueños del castillo de Arnado (Vilamartín) supera ampliamente el siglo de existencia. Esta antigüedad llevó al presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV), Aurelio Blanco Trincado, a defender su "indulto a perpetuidad".

El máximo responsable del IEV salió en defensa de los carismáticos árboles nada más conocer el anuncio de venta del castillo, su capilla y la finca donde crecen los cedros.

Aurelio Blanco argumentó que, hace años, el Instituto de Estudios Valdeorreses tuvo conocimiento de contactos con un maderero para su venta, interviniendo entonces el abogado Augusto Trincado . El entonces presidente de la sección de Ecología del Instituto, que en aquellos momentos presidía Francisco González Prieto, llegó a un acuerdo con la familia propietaria del castillo y de sus fincas, según el cual, "no podía ni venderlos ni talarlos". Esta circunstancia fue confirmada horas después por el actual presidente de la sección de Ecología del IEV.

Asimismo, el máximo responsable del IEV explicó que los ocho árboles gozan de medidas de protección, por lo cual su tala requiere de una serie de permisos y licencias.

El dueño del castillo de Arnado y de la finca donde crecen los cedros, Pedro Iglesias Naya, aseguró no tener ninguna intención de talar los árboles. Sí recordó la existencia de contactos entre su padre y los directivos del IEV, referidas a la conservación de los árboles, si bien dijo no tener constancia de que existiese documento alguno recogiendo al acuerdo alcanzado entre las dos partes.

"Creo que no hay ningún documento. El propietario no tiene intención de cortarlos", aseguró Pedro Iglesias. El dueño de las propiedades puestas en venta en la aldea vilamartinesa de Arnado comentó que él mismo asumió el cuidado de los árboles. En este sentido, explicó que recientemente procedió a su poda para evitar que las ramas invadiesen la pista que comunica el núcleo con la villa barquense.

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