SOLIDARIDAD

Un joven de O Barco asume el cuidado de perros callejeros

Jorge Yáñez atiende diariamente y paga de su bolsillo las necesidades de los animales abandonados

La falta de cuidados que sufren los perros callejeros recogidos en O Barco preocupa a Jorge Yáñez Fernández. Este joven barquense solicitó la cesión del depósito municipal del Concello, ubicado en O Campiño de Viloira, petición que fue atendida inmediatamente. En sus celdas atiende a los animales abandonados que le entregan mientras no aparece alguien que los quiera acoger. Pero no siempre es este su final. Ayer, un vecino retiró de este punto al perrito que había extraviado y que los agentes de la Policía Local habían llevado hasta O Campiño. Los interesados en adoptar alguno de los otros ejemplares pueden consultar la página de facebook "peludinescallejerosdevaldeorras".

El concello de O Barco rescindió el contrato que tenia con la empresa que se ocupaba de la perrera tras firmar un convenio con la Diputación. Según este acuerdo, en un futuro la perrera comarcal construida por la Diputación en A Rúa se ocupará de los perros abandonados de O Barco, pero aquellas instalaciones aún no están abiertas y cuando aparece algún animal abandonado el personal del organismo provincial tiene que viajar desde Ourense para recogerlos, lo que genera demoras. Yáñez va más lejos y se queja de que las atenciones no son demasiado buenas. .

No le disgustaría crear una asociación destinada a atender a animales abandonados. Empezó con perros, pero más adelante, y si sus posibilidades económicas se lo permiten, también se ocuparía de los gatos callejeros. En estos momentos bastante carga le supone limpiar el depósito municipal, transportar las garrafas de agua hasta los bebederos, pagar la comida y correr con los gastos sanitarios. Uno de los perros está enfermo y su tratamiento cuesta 80 euros. "Sacrificarlo sale por 60 euros. Otros lo hubiesen sacrificado", explicó.

Jorge Yáñez asumió los trabajos y gastos por convencimiento, si bien echa en falta la ayuda de las Administraciones. "No recibo ayuda de nadie", explicó. Esta falta de apoyo no le impidió continuar los trabajos de acondicionamiento de un terreno en Rubiá para atender allí a los perros abandonados.

El impulsor de este proyecto defiende el veganismo, un estilo de vida que excluye la explotación y la crueldad hacia el reino animal, aunque aclara que respeta el sacrificio de animales para el consumo humano.

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