La lluvia y el terremoto dejan sin acceso a San Vicente de Valdeorras

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photo_camera Vallas con cadenas cierran el acceso a San Vicente. (J.C.)
La principal carretera del pueblo vilamartinés fue cerrada con vallas

Las deficientes condiciones de seguridad en que se encuentra la carretera OU-0807, consecuencia de la inestabilidad de la ladera sobre la que fue construida, llevaron a la Diputación provincial a decidir cerrar el acceso al núcleo de San Vicente (Vilamartín de Valdeorras). Las copiosas lluvias de las últimas semanas y el terremoto de magnitud 2,4 del pasado domingo hicieron saltar las alarmas acerca del estado en que se encuentra el vial.

Estas circunstancias llevaron a los técnicos del organismo provincial a acordar la colocación de vallas y cadenas para cerrar el paso al pueblo, una prohibición que afecta tanto a peatones como vehículos. La barrera fue colocada durante el mediodía del lunes, sin ningún tipo de oposición vecinal. "Apelamos á responsabilidade do pobo, que non está illado. Estamos tendo un cuidado especial coa estrada alternativa", explicó el diputado Pablo Pérez.

El cierre del principal acceso al pueblo divide a los vecinos. Un sector culpa a quienes rellenan los baches y grietas que periódicamente surgen en la calzada de la medida que adoptó el organismo provincial, buscando aumentar la seguridad del vial. Alguna persona ya sufrió las consecuencias de este "bacheo" y enterró media pierna en un agujero. "Veciños do pobo fixeron o que non debían", afirmaron fuentes vecinales.

El cierre al tráfico del acceso no es nuevo, pues el vial fue cerrado hace más de dos décadas. Hace meses que, para acceder a la localidad, los conductores tienen la opción de coger un desvío, justo antes del tramo que se encuentra en mal estado y que comunica con la carretera del Mazo.

La Diputación prevé iniciar las obras de consolidación del acceso a San Vicente en 2021. Adjudicó la redacción del proyecto constructivo en agosto de 2019, siendo el plazo de ejecución de estos trabajos de cinco meses. Una vez finalizado, comenzará la supervisión previa a la contratación de la obra, fase que ocupará otros cinco meses. Tras validar la contratación y el plan de seguridad llegará el replanteo previo a las labores, que no arrancarán antes del primer trimestre de 2021.

La mejora afectará a un tramo de 510 metros, con 9 de ancho de calzada y dos andenes de 500 centímetros. Los coches podrán circular a 50 kilómetros por hora.

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