Los promotores creen que la caminata despertará el interés de algún empresario de turismo rural

La marcha llega a Mones

Vecinos y visitantes se preparan para la comida popular.
Mones recibió a los marchadores que recorrieron a pie los 227 kilómetros que separan A Coruña de este pueblo de Petín. La expedición la formaron habitualmente unas 15 personas. En la etapa final, nada más dejar atrás A Rúa, comenzaron a sumarse unidades, formando un pelotón de casi 200. Fueron recibidos con bombas de palenque y gaiteiros. Su impulsor, Francisco Blanco, desbordaba entusiasmo y dijo que un empresario atenderá este grito de auxilio de un pueblo que se niega a desaparecer.
Una comida popular puso punto final a la “Marcha a Mones”. El sábado cinco de junio superó la última etapa, de apenas ocho kilómetros, los que separan A Rúa del citado pueblo petinés. Fue un trazado muy corto, pero también llevó su tiempo. El buen ambiente reinante, la progresiva incorporación de marchadores y las paradas que fue realizando el grupo, acabaron por obligar a acelerar el ritmo en los últimos metros, para no alterar el programa elaborado.

En el breve recorrido por las calles de Mones, el “alma máter” de esta iniciativa, Francisco Blanco, comentaba que “facer 230 quilómetros non é fácil para nós. Os fixemos con moito esforzo e vontade”.

Con el sonido de fondo de los cánticos y gritos de los vecinos, añadía que “para o pobo de Mones, de 40 habitantes, é un día moi grande. Puxemos a primeira pedra para que o pobo non morra”.

Este oriundo de Mones, afincado en A Coruña, considera cumplido el objetivo que se fijaron. “Penso que algún empresario virá por aquí”, apunta Francisco Blanco, quien desde el primer momento se fijó como referencia el proyecto turístico promovido en Sarreaus.

“Unha casa de turismo rural daríalle vida ao pobo”, apuntaba minutos antes, Estrella Fernández, también nacida en Mones, pero afincada en la costa lucense.

Captar la atención de algún empresario, dispuesto a apostar por el turismo rural fue el motivo de una marcha que el sábado cubrió su etapa final.

Comenzó con los actos de recepción que los alcaldes de A Rúa y Petín tributaron a los expedicionarios. Superado el trámite protocolario, los andadores reemprendieron la ruta, entre cánticos, bailes y alguna parada para refrescarse.
En el alto da Cruz do Campelo, a escasos metros del final del trayecto, aguardaban una veintena de personas.

Fueron los primeros habitantes de Mones que aplaudieron la gesta de los marchadores, quienes llegaron entonando “A Rianxeira”. Todos ellos fueron recibidos con bombas de palenque y gaiteiros en el pueblo, en cuya plaza se desarrolló la comida popular.


Francisco Ferreira: “A xente ten sentimento de país”

El delegado de Vicepresidencia da Igualdade e Benestar, Xosé Francisco Ferreiro, presente durante toda la jornada, calificó de “emocionante”, esta iniciativa vecinal. “Amosa que a xente ten sentimento de país”, dijo, para añadir que “temos un gran país, pero por diversas circunstancias, a xente ten que abandoar os pobos. Os políticos temos que crear as condicións para que non suceda isto”, dijo.

Miguel Bautista: “Espero que volvan e arranxen as casas”

El alcalde de Petín, Miguel Bautista, invitó a los emigrantes de Mones, “a maioría xa xubilados, a pensar en voltar ao pobo. Que arranxen as casas para que non teñamos que tiralas nós” ya que muchas de ellas se encuentran en un estado casi ruinoso. El regidor petinés aboga por continuar con este tipo de iniciativas. “Que isto siga para adiante” con el fin de que los antiguos vecinos vuelvan a dar vida a los pueblos, muchos de ellos casi vacíos.


Darío Estévez: “Paréceme ben a marca. Todo o que sexa bo para o pobo será benvido. É unha pena que Mones se perda. Dende aquí, hai unhas vistas moi bonitas que podrían ser aproveitadas”.

Rogelio Álvarez: “No pobo queda moi pouca xente. Os de fóra veñen no verán, en Semana Santa e nas festas. A xente xoven se ten que marchar. Pero o pobo é moi bonito, sobre todo hacia Sampaio”.

Estrella Fernández: “A marcha serve para dar a coñecer o pobo. É unha pena como está. Moitas casas as están arranxando pero outras están feitas unha ruína. Unha casa de turismo rural daríalle vida”.

Te puede interesar