Los vecinos de Mones llegaron el viernes cuatro de julio a la villa ruesa, después de recorrer a pie los 219 kilómetros que la separan de la coruñesa Praza de María Pita. El grupo no bajó de 15 caminantes en ningún momento, aunque cuatro de los expedicionarios llevan andando desde que comenzó la marcha el 27 de junio. Victoria Alba está entre ellos. Con 72 años es la más veterana, lo que no le impide asegurar que no me lo esperaba, pues estoy de maravilla. La terrible caminata busca atraer posibles inversores al pueblo.
Lleva andando 205 kilómetros. A sus 72 años, Victoria Alba está tan animada, o más, que cuando comenzó a caminar en la Praza de María Pita, de A Coruña. Después de recorrer 11 kilómetros de la etapa del viernes cuatro de julio, esta vecina de Mones (Petín) afirma estar perfectamente, aunque no tiene inconveniente en reconocer que no me lo esperaba. Estoy de maravilla.
Es la veterana de una expedición que se echó a la carretera el 27 de junio para reivindicar el derecho del pueblo de Mones a existir. Vamos de maravilla. Formamos un grupo muy animado, bailamos cantamos. Incluso jugamos al fútbol, dice la veterana andarina. En el repertorio de cánticos destacan dos: Qué grita Mones? Grita queremos camiñar y empresario, invirte en Mones. Non che pesará.
El libro de ruta apuntaba a la etapa de la Costa da Sal, próxima a Betanzos (Coruña), como la más complicada. Sin embargo, en la expedición todos coinciden al afirmar que el peor momento lo pasamos en Monforte. El recorrido por el pueblo nos llevó mucho más de lo previsto, según explica Victoria Alba. Espero llegar, añadió convencida.
Hasta el viernes, esta curiosa expedición petinesa la formaron diariamente unas 15 personas, aunque sólo cuatro de ellas cubrieron caminando todo el recorrido. Junto a Victoria Alba camina Francisco Blanco, el artífice de este peregrinaje reivindicativo. También él dejó sus huellas en todo el trayecto, al igual que Armando Prada y Laila Blanco.
Los ánimos están muy altos, afirma Francisco Blanco, un petinés afincado en tierras coruñesas. Como ejemplo del entusiasmo que en todo momento mostaron los marchadores pone a Ángeles Trincado. Esta esforzada mujer superó a base de antiinflamatorios las llagas y ampollas que le surgieron en los pies. Es un poema verla, pero tiene el afán de terminar, dijo Francisco Blanco.
Desde el jueves, durante la etapa que les dejó en Quiroga (Lugo) la expedición comenzó a vislumbrar el éxito de su gesta. El viernes llegó a A Rúa, tras cubrir a pie 219 kilómetros. El grupo aumentó en el tramo final del recorrido y a la villa ruesa superaban la veintena los integrantes. Incluso hubo fichajes. Un madrileño aficionado a la naturaleza y a la fotografía, Roberto Fernández, no lo dudó al ver en internet la marcha organizada en Mones. Me dije: Esto no me lo pierdo, comentaba.
Es la veterana de una expedición que se echó a la carretera el 27 de junio para reivindicar el derecho del pueblo de Mones a existir. Vamos de maravilla. Formamos un grupo muy animado, bailamos cantamos. Incluso jugamos al fútbol, dice la veterana andarina. En el repertorio de cánticos destacan dos: Qué grita Mones? Grita queremos camiñar y empresario, invirte en Mones. Non che pesará.
El libro de ruta apuntaba a la etapa de la Costa da Sal, próxima a Betanzos (Coruña), como la más complicada. Sin embargo, en la expedición todos coinciden al afirmar que el peor momento lo pasamos en Monforte. El recorrido por el pueblo nos llevó mucho más de lo previsto, según explica Victoria Alba. Espero llegar, añadió convencida.
Hasta el viernes, esta curiosa expedición petinesa la formaron diariamente unas 15 personas, aunque sólo cuatro de ellas cubrieron caminando todo el recorrido. Junto a Victoria Alba camina Francisco Blanco, el artífice de este peregrinaje reivindicativo. También él dejó sus huellas en todo el trayecto, al igual que Armando Prada y Laila Blanco.
Los ánimos están muy altos, afirma Francisco Blanco, un petinés afincado en tierras coruñesas. Como ejemplo del entusiasmo que en todo momento mostaron los marchadores pone a Ángeles Trincado. Esta esforzada mujer superó a base de antiinflamatorios las llagas y ampollas que le surgieron en los pies. Es un poema verla, pero tiene el afán de terminar, dijo Francisco Blanco.
Desde el jueves, durante la etapa que les dejó en Quiroga (Lugo) la expedición comenzó a vislumbrar el éxito de su gesta. El viernes llegó a A Rúa, tras cubrir a pie 219 kilómetros. El grupo aumentó en el tramo final del recorrido y a la villa ruesa superaban la veintena los integrantes. Incluso hubo fichajes. Un madrileño aficionado a la naturaleza y a la fotografía, Roberto Fernández, no lo dudó al ver en internet la marcha organizada en Mones. Me dije: Esto no me lo pierdo, comentaba.