En los próximos días podrá encontrarse en las librerías "La ira del cerval", de la Editorial Adarve. Es la primera novela de Alberto Vázquez Corzo, un vecino de O Barco y cuya trama comienza en la comarca valdeorresa, que también está presente con sus leyendas.
¿Cómo empezó su afición por la escritura?
Empece a escribir desde muy pequeño. Como mis hermanas son muy mayores casi fui criado solo. Siempre fui tímido y, de hecho, me costaba menos expresarme escribiendo que hablando. Empecé escribiendo en el colegio. Recuerdo que, en EGB, la profesora nos mandó escribir un cuento pequeño y me riñó. Me dijo que lo tenían que hacer los niños y no los papás. Después seguí escribiendo, relatos cortos, poesía y no me decidí a publicar hasta hace unos años, porque siempre creí que era algo muy fácil. Que sería capaz de escribir cinco novelas en un año sin problema, pero ocurrió que un relato corto es más fácil de llevar. Una vez que pasas de un límite de 100 páginas, o 100.000 palabras, se complica todo muchísimo. La novela que acabo de publicar, "La ira del cerval", me llevó varios años y mucho tiempo de corrección.
¿Y su relación con Valdeorras?
Nací en A Coruña, pero mis padres son de Valdeorras y mis hijos nacieron aquí, o sea que yo soy la excepción. Me vine a vivir a esta comarca a los 23 años y antes siempre había venido a pasar los veranos y la Navidad con mis abuelos. Valdeorras me marcó mucho. Para mí era la libertad, A Coruña era la ciudad de cemento y el pueblo era otra cosa, donde podía hacer lo que quisiera. Es posible que eso me influyese, junto con la figura de mi abuela materna, una persona de carácter muy marcado. Recuerdo que de pequeño, venía a A Coruña a visitarnos y, con casi 80 años, ella sola se marchaba a Brasil. Era una persona que me marcó mucho. Tenía costumbre de leer el periódico y me contó un montón de leyendas de Valdeorras. Era de Candeda de Domiz.
¿En la novela aparece la comarca?
La novela nace en Valdeorras y es un periplo que ocurre entre culturas y países. El protagonista, que nace aquí, se apellida Japón. Es un apellido español y tiene una connotación histórica pues sus orígenes están en la primera embajada que llegó de Japón a Europa y se quedaron a vivir japoneses en Coria, en el Sur, algo que no se supo hasta hace muy poco. Él parte en busca de la historia de su apellido, como un turista o algo anecdótico pero descubre algo que no podía imaginar.
¿Cómo clasificaría la novela?
Tiene algo de thriller y de historia de amor, pero en el fondo es una novela de aprendizaje, de formación. Un estilo a "El guardián entre el centeno", aunque no tiene nada que ver, pues es muy diferente. El protagonista se enfrenta a unas situaciones que debe resolver y que le hacen evolucionar.
Díganos sus escritores de referencia.
A nivel clásico, me gustan García Marquez, Shakespeare o Cervantes. A un nivel más actual, de España me gustan Castrillo o Greta Alonso y del panorama internacional Yõko Ogawua y Rabindranath Tagore, aunque no sigo a un escritor en concreto.
¿Aparece el deporte en la novela?
Me costó más de lo que creía. Es el único proyecto que hice en primera persona. Sí aparece algo de judo pero es algo secundario.
