La pandemia incrementa en O Barco la pobreza energética

photo_camera Isabel Álvarez, trabajadora social de Cáritas Interparroquial de O Barco.
Cáritas también aprecia un aumento de los problemas para pagar alquiler y gastos escolares

La crisis sanitaria del covid-19 aumentó las situaciones de pobreza energética en O Barco de Valdeorras. Los problemas económicos de las familias con menos recursos llevaron a Cáritas Interparroquial a asumir recibos de la luz que, en algún caso, sumaron  gasta 1.300 euros. Este dato fue facilitado por la trabajadora social, Isabel Álvarez. "Hay pobreza energética", dijo y explicó que la amenaza de corte del suministro se arrastra durante meses, hasta que se hace imposible saldar la deuda.

La resolución de los casos de familias que se enfrentan a un corte de luz es el mayor problema que, en estos  momentos, afronta Cáritas barquense. Pero hay más. El responsable local, Julio Mourelo, añadió los recibos de alquiler impagados, la compra de medicamentos y los gastos escolares del inicio del curso.

El número de familias que acuden a Cáritas aumentó en 23 desde enero. Actualmente, son 129 las que recurren periódicamente a la entidad benéfica, subiendo a 3.64 los servicios y ayudas que prestó a lo largo de este periodo.

La crisis sanitaria obligó a suspender las entregas de alimentos frescos que, varias veces a la semana, realizaba la cadena Eroski. Cáritas también dejó de recibir los envíos del Banco de Alimentos Sil, de Ponferrada. Estas aportaciones podrían reanudarse en las próximas semanas, aunque para retomarlos es obligado diseñar un protocolo en el que ya trabaja la ONG. Isabel Álvarez sopesa cómo realizar el reparto evitando la posibilidad de que se vuelvan a formar los grupos de personas que antes de la pandemia se reunían ante su sede, esperando turno para recoger sus productos.

La suspensión de las entregas del alimentos frescos no impide que el almacén esté bien surtido, con la única salvedad de las legumbres, un alimento que ya escasea. Esta situación fue posible gracias a la campaña de carros solidarios que promovió el Concello en varios establecimientos de la villa barquense. Esta iniciativa llevó 752 kilos a las estanterías de Cáritas, sumándose a los más de 1.000 kilos aportados por Mercadona.

Los 5.670 euros que donó la diócesis de Astorga sumados a las aportaciones de socios y los 8.400 que este año entregó el Concello posibilitan que la ONG  siga ayudando a los más necesitados.

"La situación es similar a la de 2008. Las familias aprendieron la lección", explicó Julio Mourelo, quien cree que lo peor está por venir. "El miedo surge a partir de septiembre, pues en los veranos, el sector servicios da trabajo", dijo.

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