El Tribunal Supremo confirmó la condena de 122 años de prisión que en julio impuso la Audiencia Nacional a quien fue jefa de los comandos "legales" de ETA, Soledad Iparragirre, por ordenar el asesinato en León del comandante del Ejército Luciano Cortizo Alonso, natural de Santa Cruz (O Bolo).
El atentado fue cometido en 1955, en León. Una bomba lapa colocada debajo del asiento del conductor del vehículo explotó, falleciendo en el acto el militar ourensano y resultando herida su hija, que lo acompañaba, además de tres peatones.
El recurso presentado contra la sentencia de la Audiencia Nacional por la procesada argumentaba que no había pruebas suficientes que acreditasen que ella era "Anboto", la persona que ordenó el atentado.
La Sala respondió que hay pruebas directas, indiciarias y periciales que acreditan la ligazón del apodo "Anboto" y la acusada, añadiendo que no consta ninguna otra persona relacionada con ETA que utilizase ese apodo.
