Las obras de consolidación del terreno bajo la carretera N-120, en las inmediaciones de Biobra (Rubiá), al mismo tiempo que permiten reabrir al tráfico los tres carriles de la infraestructura obstruyeron una senda vecinal. Esta circunstancia no fue bien recibida en Rubiá. Fuentes municipales mostraron su buena disposición a aceptar la medida como una solución excepcional ante el socavón que apareció en la calzada cuando se hundió parte de un paso inferior, pero insisten en que el cierre del paso no tenga carácter definitivo para poder seguir utilizando el paso a la mayor brevedad.
Desde el Concello apuntaron que la senda discurre prácticamente en el límite del parque natural Serra da Enciña da Lastra y que es utilizado por los vecinos de las aldeas próximas y también por un buen número de cazadores. Esta circuntancia se tradujo en la solicitud de que los trabajos tengan carácter excepcional y apremian una solución definitiva que libere la vía rural.
El enorme socavón surgió el 23 de enero y obligó a intervenir con rapidez al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Su primer paso fue cerrar dos de los tres carriles del tramo al tráfico y regular la circulación con la colocación de semáforos, pues este hecho coincidió con el ofrecimiento de la N-120 como alternativa a la A-6, propuesto por Madrid a los camioneros que circulan por la autovía con condiciones meteorológicas adversas.
Posteriormente, la colocación de piedras de gran tamaño, un material que suele utilizarse para evitar las filtraciones que la lluvia provoca en el terreno, sujetó la parte de la calzada que se vino abajo. Al mismo tiempo, en la parte del paso inferior que no se hundió fueron colocadas viguetas para asegurar mejor el terreno.
Esta actuación, si bien resolvió el problema surgido en la carretera N-120, hizo que los senderistas que recorren el camino que discurre bajo ella se encuentren con el paso cerrado por viguetas y con una pared de grandes piedras obstruyendo la salida en el extremo que se hundió.
