El Concello de A Rúa aumentará considerablemente sus ingresos a lo largo de este año. La detección de 282 unidades catastrales (viviendas y otras construcciones) que no aparecían en el registro permitirá elevar el presupuesto en aproximadamente 40.000 euros, tal como confirmó el alcalde, Avelino García Ferradal, quien destacó los buenos resultados obtenidos con la campaña que hace un año iniciaron los técnicos municipales y los agentes de la Policía Local.
La gran cantidad de pisos y construcciones de los que no existe constancia en el catastro permitían a sus propietarios ahorrarse el impuesto de bienes inmuebles. Esta ocultación, además de disminuir los ingresos que tiene a su disposición el Concello para financiar los servicios municipales, también pone sobre la mesa la actitud insolidaria de estos vecinos respecto a quienes sí pagan todos sus impuestos.
El problema no es nuevo. Hace una década que los distintos equipos de gobierno detectaron que muchos propietarios de pisos no los tienen registrados en el catastro. En el año 2010, el socialista Luis Fernández Gudiña, que entonces ocupaba la alcaldía, dio instrucciones a policías locales y técnicos del Concello para que comenzasen a recopilar información. Su sucesor en el cargo, el popular Avelino García fue aún más lejos y ofreció ciertos beneficios a quienes regularicen la situación de sus bienes: los vecinos sólo tendrán que abonar el impuesto de los últimos cuatro años, con independencia del tiempo que lleve construido. Además, dispondrán de facilidades para realizar los pagos.
La campaña municipal, que incluyó el envío de decenas de cartas a los infractores, comenzó a dar frutos. 'Las viviendas nuevas están casi todas reguladas', aseveró el alcalde. Añadió que en estos momentos el Concello centra su labor en los propietarios que realizaron modificaciones en sus construcciones. Este sería el caso de aquellos alpendres que acabaron convertidos en chalé.
Tras resaltar el éxito alcanzado por la campaña, Avelino García explicó que el aumento de los ingresos se apreciará en el presupuesto del año próximo. En estos momentos, sus esfuerzos se centran en cerrar las cuentas del 2013, cuyas partidas de ingresos ya están prácticamente ultimadas, restando zanjar las cifras correspondientes a los gastos y a las inversiones.
El problema no es nuevo. Hace una década que los distintos equipos de gobierno detectaron que muchos propietarios de pisos no los tienen registrados en el catastro. En el año 2010, el socialista Luis Fernández Gudiña, que entonces ocupaba la alcaldía, dio instrucciones a policías locales y técnicos del Concello para que comenzasen a recopilar información. Su sucesor en el cargo, el popular Avelino García fue aún más lejos y ofreció ciertos beneficios a quienes regularicen la situación de sus bienes: los vecinos sólo tendrán que abonar el impuesto de los últimos cuatro años, con independencia del tiempo que lleve construido. Además, dispondrán de facilidades para realizar los pagos.
La campaña municipal, que incluyó el envío de decenas de cartas a los infractores, comenzó a dar frutos. 'Las viviendas nuevas están casi todas reguladas', aseveró el alcalde. Añadió que en estos momentos el Concello centra su labor en los propietarios que realizaron modificaciones en sus construcciones. Este sería el caso de aquellos alpendres que acabaron convertidos en chalé.
Tras resaltar el éxito alcanzado por la campaña, Avelino García explicó que el aumento de los ingresos se apreciará en el presupuesto del año próximo. En estos momentos, sus esfuerzos se centran en cerrar las cuentas del 2013, cuyas partidas de ingresos ya están prácticamente ultimadas, restando zanjar las cifras correspondientes a los gastos y a las inversiones.
