Al ser de competencia municipal, el Concello debe asumir su coste
El antiguo vertedero de inertes cerró cuando el nuevo, que comenzó a funcionar a modo de prueba en 2011, abrió sus puertas definitivamente. Desde entonces, el viejo basurero ofrece una imagen que deja mucho que desear. Con la malla metálica del cierre rota en varios puntos y residuos en el arcén de la carretera, el alcalde es consciente de su mal estado: "¡Hay que sellarlo, sí o sí!", exclamó el popular Avelino García Ferradal. El problema está en la financiación. El vertedero es competencia del Concello y deberán ser las arcas municipales las que asuman el costoso sellado, cuya cuantía aún está por determinar, pero que se presume muy lejos del alcance de los recursos rueses.
No hay financiación, pero tampoco está definido el método a seguir para el sellado. Los técnicos barajan dos opciones: sellarlo tal y como está o vaciar antes parte de los residuos, transportándolos al nuevo basurero. Las características de buena parte de los residuos, salidos de la fábrica de aislantes para el automóvil de la empresa Autoneum Spain SAU, obliga a realizar un estudio más detenido para sellarlo. "No es un residuo al uso, no es como el de la construcción, que es relativamente sencillo", dijeron fuentes municipales.
La situación es muy distinta en el nuevo vertedero, donde los resultados iniciales fueron mejorados ampliamente por el seguimiento que realizaron los técnicos. De tal forma que los 10 años de vida previstos inicialmente se multiplicaron por 3 y alcanzaron los 30, al comprobar que el volumen de residuos vertido en los primeros meses es inferior al previsto.
