“Rufino", el retratista de O Barco

En 1945 abrió sus puertas en O Barco de Valdeorras el estudio fotográfico "Foto Rufino", cuyo creador, Rufino Rodríguez Llau (1920-1981), cumpliría 100 años este domingo. De su cámara salieron cientos de instantáneas que reflejan la verdadera realidad de la sociedad valdeorresa de la posguerra. Pocos rincones de la comarca quedaron fuera de su objetivo, que no dejó escapar a ninguno de los rostros o rincones que captaron su atención y que convirtieron su trabajo en arte. Nacido en A Veiga de Cascallá (Rubiá), comenzó su estrecha relación con la profesión de fotógrafo lejos de la villa barquense. Fue en A Coruña y Lugo donde realizó sus primeros trabajos, aquí como fotógrafo independiente. Posteriormente, apostó por A Rúa para montar su primer estudio fotográfico, que después abandonaría para centrarse en el que impulsó en O Barco, "Foto Rufino", donde sus hijas continúan el trabajo que inició. Comenzó su relación con la fotografía por afición, formándose como autodidacta y consiguiendo, gracias a su dedicación constante, la técnica que le permitió reflejar los rincones y retratos más representativos durante más de tres décadas. Al cumplirse 100 años del nacimiento de Rufino Rodríguez, sus hijas continúan su labor Las imágenes que plasmó en sus instantáneas merecieron su inclusión entre los grandes de la fotografía gallega, como refleja su colaboración en la constitución de la Fototeca de Galicia, en la década de 1980. El propio Ministerio de Cultura lo recogía en el trabajo "Fuentes de la Memoria III", que abarca el periodo comprendido entre el año 1939 y finales del siglo pasado. El Concello de O Barco también quiso mostrar su reconocimiento al fotógrafo y su legado. Así, en 1995, un centenar de imágenes suyas dieron forma a la exposición, que pudo verse en la Casa da Cultura de la villa, cuando corría el año 1995. Una selección de sus mejores fotos también aparecen en el libro "Cen anos de O Barco nas fotos", que editó la Concejalía de Cultura, bajo las directrices de Gustavo Docampo. Además, pueden verse instantáneas del mismo autor en el volumen "O Barco 1886-1969. Memoria Fotográfica". Quienes lo conocieron resaltaron una generosidad poco habitual, que le llevó a perdonar deudas cuando tuvo clientes con los problemas económicas que caracterizaron los tiempos de la Posguerra. Rufino Rodríguez no sólo trabajó para particulares, durante su dilatada trayectoria profesional también asumió encargos de revistas o diarios cuando la actualidad situó el foco de la noticia en la comarca. "Rufino" no fue un fotógrafo de estudio. Siempre tuvo la cámara enfocada hacia la calle y prefería salir al encuentro de las gentes o de la imagen que encontraba en sus viajes para cumplir algún encargo. En la comarca es considerado como uno de los precursores del reportero gráfico, que va por libre. Dotado de una inmensa curiosidad, así como de una gran capacidad de observación, supo encontrar la nota y el detalle de interés entre aquellas gentes y rincones que se cruzaron en su camino.