Un novedoso sistema de detección de posibles fuegos en el rural será puesto en marcha por la Diputación provincial en el concello de A Veiga. Así lo anunciaron este domingo el presidente de la Diputación provincial de Ourense, Manuel Baltar; el alcalde del Concello de A Veiga, Juan Anta, y el experto en Inteligencia Artificial Pablo Sánchez González. El organismo provincial pondrá en marcha este proyecto piloto utilizando inteligencia artificial, el Internet de las cosas y sistemas de redes neuronales artificiales para detectar en el monte anomalías de humedad y temperatura.
"Trátase de que por medio de telemetría estas variables poidan ser monitorizadas en tempo real a través de sensores colocados en árbores para a detección prematura de lumes; trátase dunha tecnoloxía pioneira que aplicaremos na provincia de Ourense", afirma Baltar, que destaca que este es un paso más en la estrategia del gobierno provincial en favor de la defensa "do noso medio ambiente, aplicando tecnoloxías vangardistas englobadas no programa ‘Ourense, provincia Intelixente’”, señala Baltar. "En materia de prevención de lumes a rapidez na detección é un factor clave para reducir os tempos de resposta dos equipos anti-incendios -expresa el presidente del organismo provincial- e con esta tecnoloxía daremos un salto cualitativo espectacular no ámbito da detección de lumes, pois teremos no móbil, ao instante, información relativa ao estado dos nosos montes, o que nos permitirá actuar de inmediato se os sensores detectan algunha anomalía".
El presidente provincial señala que se trata "de tomarlle o pulso aos bosques a través de dispositivos electrónicos de hardware libre para dispoñer de medidas en tempo real das magnitudes que máis información aportan para a detección e prevención de lumes como son: temperatura, humidade ou concentración de monóxido de carbono", expresa Baltar.
Malla de sensores
El objetivo es montar una red de dispositivos interconectados que manden esta información de manera instantánea a la "nube", para ser posteriormente procesada y, con técnicas de Inteligencia Artificial (redes neuronales, detectores de anomalías o predicción de series temporales) detectar pequeñas perturbaciones que indiquen la presencia de un incendio cuando aún no es detectable por otros medios. De esta manera, los sensores se conectan a un microcontrolador alimentado por energía solar y su señal se envía por radiofrecuencia a través de una conexión 4G. Así se consigue tener una malla de sensores en el monte que envíen medidas en tiempo real.
La recogida y almacenamiento de los datos permitirá realizar, posteriormente, estudios estadísticos, que darán lugar a un mejor conocimiento del medio forestal, y el contraste de estos datos con los recogidos por estaciones meteorológicas permitirá extraer conclusiones acerca de las zonas más sensibles de riesgo de incendio.
Respuestas coordinadas ante los incendios
Una vez realizada la primera implementación del sistema será posible crear una aplicación que permita consultar toda la información de manera sencilla y accesible. Se podrán configurar alertas y diversas formas de comunicación que facilitarían la tarea para responder de manera coordinada. Eso permitiría centralizar los diferentes servicios de extinción para que todos cuenten con información actualizada del estado de la situación.
Los creadores del proyecto, Pablo Sánchez González y Miguel Otero Pedrido, afirman que una vez implantado el sistema se podrá, además, trazar el camino más corto para llegar al lugar del fuego -geolocalizado a través de las coordenadas de los sensores-, y desarrollar un sistema que alerte de las zonas con más riesgo de incendio.
