VITICULTURA

Las tardías heladas alarman a los viticutores de Valdeorras

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photo_camera Brotes en las cepas de una viña ubicada en el Concello de O Barco.

El fuerte descenso de las temperaturas que el Oriente provincial acusó el lunes y la madrugada del martes resucitó el fantasma de la terrible helada que arrasó una parte importante del viñedo hace un año. En este, por el momento, la situación es muy distinta y la gran mayoría de las viñas se libraron de sus efectos, aunque sí los sufrieron ciertos puntos de Manzaneda, perteneciente a la Denominación de Orixe Ribeira Sacra. Más concretamente, fueron las zonas más próximas a cauces las más castigadas por el frío.

El presidente de la bodega cooperativa Jesús Nazareno de O Barco, Manuel Fernández Pérez, comentó que el termómetro descendió hasta los 2º bajo cero en la zona. "Sempre que non pase de cero grados, as viñas non terán problemas", comentó. En todo caso, explicó que el riesgo de heladas sigue presente, por lo que está a la espera de ver cómo superan las próximas jornadas los viñedos.

En Manzaneda, el mercurio de los termómetros descendió hasta los 5º bajo cero, llevando la inquietud a unos viticultores que respiraron con alivio al comprobar que el frío solo causó daños en zonas muy puntuales. "Hay focos localizados en zonas cercanas al río", explicaron fuentes de los bodegueros de la zona.

Las plantas llevan un mes de retraso en su desarrollo, respecto al año pasado, cuando la sequía adelantó la aparición de los brotes en las vides. Su evolución en 2018 es la de un año normal y, en estos momentos, no superan los 5 centímetros, lo que reducirá los daños en caso de helada. "Si hiela, el frío quema lo que está fuera de la cepa. Es preferible que, si hay heladas, los brotes sean de 5 centímetros que no de 40, como sucedió hace un año. La cosecha se resentiría, pero la planta recupera", indicaron fuentes del sector productor valdeorrés.


En A Limia, el termómetro, por debajo de cero


Hace un año, por estas fechas, el fuerte descenso de las temperaturas provocaba serios daños en sectores como el vitivinícola, de la castaña o el apícola. El frío sorprendió a las plantas con los brotes muy desarrollados debido a la sequía registrada durante los meses previos, una situación que no se repitió. El sector también descarta, al menos temporalmente, un ataque fuerte de mildiu, al no darse las condiciones que precisa para su expansión: temperaturas en torno a los 15º y un 15 % de humedad.

La comarca de la Limia también acusó temperaturas bajas, de 1,5º bajo cero, pero apenas tuvieron repercusión en la producción de patata, que los productores comienzan a sembrar.

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