Los conductores que circulen por la carretera que comunica el alto de A Portela (O Barco) y Lamalonga (A Veiga) pueden ver las trampas colocadas por los técnicos de la Consellería do Medio Rural en los árboles debilitados por el gran incendio de julio, que arrasó 12.846 hectáreas de los montes de O Barco, Carballeda y Rubiá.
Las trampas contienen feromonas y buscan capturar escolitidos perforadores de los pinos, como el Ips Sexdentatus o el Tomicus sp. Además, serán revisadas quincenalmente con miras a realizar un seguimiento de las poblaciones de insectos que son atraídos por la madera de los árboles debilitados o muertos, que suelen aumentar considerablemente respecto a la cantidad de individuos que tienen habitualmente.
Las trampas tienen forma de embudo y son cebadas con feromonas. Fueron colocadas en los concellos de O Barco y Carballeda, así como en el Concello de A Pobra de Brollón, en los bosques que ardieron en O Courel lucense.
Otra medida que complementará la colocación de las trampas es la eliminación de la madera quemada durante los incendios, según apuntó Medio Rural.
