CRÓNICA

Vándalos made in Barco

Papelera rota en la Avenida da Estación, de O Barco de Valdeorras.
photo_camera Papelera rota en la Avenida da Estación, de O Barco de Valdeorras.
Papeleras, bancos, fuentes, cualquier tipo de mobiliario urbano está amenazado. Todos los fines de semana, la primera tarea de la brigada de obras es revisar los daños causados por los vándalos en los bienes de titularidad municipal.

Los vecinos que recorrieron ayer la Avenida da Estación, ubicada en el centro de O Barco de Valdeorras, se encontraron con una papelera de fundición rota en la calle. Los vándalos la arrancaron, le dieron la vuelta y la colocaron sobre su soporte de metal. En el Concello desconocen quién lo hizo, pero dicen que no es la primera vez que una pieza del mobiliario urbano es destrozada durante una madrugada del fin de semana.

"Tódolos fins de semanas aparecen unha ou dúas papeleras rotas. É rara a fin de semana que non haxa roturas de papeleiras ou bancos", comentó el concejal de Obras e Parques Infantís, Miguel Neira Ojea. La edil del área de servicios, Alicia Álvarez Fernández, corroboró sus explicaciones y explicó que, en una ocasión, "ata arrancaron a plaqueta do piso". 

Las fuentes públicas también son objeto de las agresiones. Hace una semana, fueron dos las que aparecieron destrozadas. El Concello las colocó en dos parques infantiles de la villa, ubicados en la urbanización A Cerámica y el parque de O Chao. Una gamberrada acabó con las dos rotas y aún no pudieron ser respuestas. El Concello aguarda a recibir otras dos nuevas de la empresa de Toral de los Vados (León) que las fabrica en piedra artirficial, según apuntó Miguel Neira.

La Concellaría de Medio Ambiente no sufre demasiado las consecuencias del vandalismo, pero no siempre logra evitarlo. Su titular, Diana Urdangaray Díaz, recuerda los daños ocasionados en las gateras que el Concello colocó en distintos puntos de la villa, buscando controlar la población de gatos. Los daños ocasionados en estas casetas no solo causaron malestar en las dependencias municipales, también las protectoras de animales se quejaron de estas acciones.

Un capítulo que parece haber disminuido en los últimos tiempos es el de los aspersores del sistema de riego del Paseo do Malecón. Hubo un tiempo en el que sufrió una auténtica oleada de destrozos. Afortunadamente, últimamente, estas acciones parecen haberse reducido a algún que otro desperfecto.n

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