VALDEORRAS

Los vándalos profanan el cementerio de una aldea bolesa

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photo_camera Aspecto que presenta el cementerio de Xava tras el paso de los vándalos.

Rompieron lápidas, cruces y figuras, así como numerosos ornamentos y cristales de tumbas y nichos

La imagen que ofrece el cementerio de Xava, una pequeña aldea del Concello de O Bolo, es desoladora. Lápidas rotas, cruces destrozadas, angelotes hechos añicos, trozos de cristal por todas partes y adornos y plantas por los suelos. Los vecinos no se explican quién pudo profanar el pequeño camposanto. Situado en las afueras del núcleo, en un lugar difícil de encontrar para alguien que no conozca la zona.

Esta ubicación permitió que los destrozos pasaran desapercibidos durante varios días a los vecinos. Vicente Rodríguez Murias fue el primero en ver los daños. Se encontró con ellos cuando acompañaba al cura de Larouco, Victoriano Ferrero López, en su visita a la capilla para revisar el contador de la luz. Ellos mismos fueron los que avisaron a los agentes de la Guardia Civil de A Rúa de los desperfectos, cuya cuantía fue estimada en torno a los 25.000 euros.

"Foi unha gamberrada", comentó Vicente Rodrígudez. Descartó rotundamente que los destrozos tuviesen alguna finalidad y aseguró desconocer quién pudo causarlos. Fuentes próximas a las fuerzas de seguridad afirmaron que están investigando la autoría de los daños que, en un principio, también atribuyen a la acción de los gamberros.

En una aldea aislada, de solo cuatro vecinos, es obligado investigar si uno de ellos pudo ser el causante, bien por rencillas o por algún pleito. En referencia a esta posibilidad, Vicente Rodríguez afirmó que la relación de vecindad es buena. "A xente do pobo lévase ben", dijo. En todo caso, en la aldea tienen claro que quien lo hizo conocía bien el lugar, como apuntó su hija Estefanía Rodríguez Yáñez.

"Partiron lápidas antigas e cruces de hai máis de 200 anos", explicó Vicente Rodríguez. Su madre, Anuncia Murias Murias también quiso opinar de la profanación del camposanto de su aldea: "Está mal feito. É unha cousa de tolos. Ai, se os colleran!", exclamó.

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